MUSICA ES VIDA

MUSICA ES VIDA
MUSICA,TERAPIA,SALUD Y VIDA

domingo, 2 de enero de 2011

¿QUE ES LA MUSICA?

La música es al mismo tiempo un arte y una ciencia, por lo cual debe ser apreciada emocionalmente y comprendida intelectualmente. Como ocurre con cualquier arte y con cualquier ciencia, no existen límites a su perfeccionamiento ni a su comprensión..............(Salvat-Grandes Compositores)

3.- Sucesión de sonidos agradables al oído. Arte de combinarlos............ (Diccionario LNS)
Es el efecto agradable que producen al oído, las vibraciones de un cuerpo sonoro.......(Fanny de Lemos)

Hay tres maneras de producir un sonido y estas son: por percusión o golpe, por frotación y por vibración del aire a través de un tubo.

Actualmente se puede producir sonidos a través de medios electrónicos y digitales que provocan la vibración de cuerpos que traducen el sonido como por ejemplo las membranas de los altavoces.

Si las vibraciones se producen en forma regular se produce sonido y si las vibraciones se producen irregularmente se produce ruido

El sonido tiene 4 características que son: la altura , la intensidad, la duración y el timbre

LA ALTURA
Habíamos dicho que el sonido es producido por vibraciones, estas vibraciones generan unas ondas que atraviesan el aire y llegan hasta el oído (ondas sonoras). La frecuencia, es decir, el número de vibraciones que se realicen por segundo determinan la altura del sonido: graves y agudos

- Sonidos graves son aquellos que se producen cuando la frecuencia es baja, es decir cuando se realicen menos vibraciones por segundo. Mientras más baja sea la frecuencia más grave es el sonido.

- Sonidos agudos son aquellos que se producen cuando la frecuencia es alta, es decir cuando se realicen más vibraciones por segundo. Mientras más alta sea la frecuencia, más agudo es el sonido.

  REFLEXION PERSONAL
La preservación y la difusión de la riqueza musical de la humanidad con sus músicas populares,
eruditas, sagradas, profanas, rurales, urbanas, festivas, carnavalescas que se manifiestan por medio del
canto, de los instrumentos musicales o de la danza, contribuyen a la definición de la música como
lenguaje universal. Es, entonces, este lenguaje universal que fabrica la fuerza misma de su propia
salvaguardia y que hace posible la revitalización permanente de la música como patrimonio cultural
imprescindible para la humanidad.
Las músicas del mundo, y las de América Latina en particular, no son sino un inmenso y prodigioso
mestizaje. Si muchas veces las voces políticas son portadoras de guerras, las músicas, en cambio,
constituyen un ecumenismo de índole opuesta, uniendo, liberando, mezclando voces, ritmos y razas,
eliminando tabúes, aliando lo nuevo a lo antiguo, fomentando la quintaesencia de la necesidad de
supervivencia de los pueblos del mundo, salvándolos de sus más terribles angustias y miserias,
custodiando su más profunda dignidad.
Actividad solitaria o hecho colectivo, la lengua musical es y sale siempre de una tierra y de su gente.
“Así empezó la canción siempre: como un milagro preparado por muchos más milagros, andando con
el hombre, clasificándose, delineándose con él, salvándole o perdiéndose con él según él fuera” (Silvio
Rodríguez, cantautor cubano).
Desde el origen de los tiempos, la música existió en la historia y la cultura de cada pueblo aún más
remoto del mundo. Con y a través de ella, se fueron trascendiendo las barreras lingüísticas, se fueron
intercambiando los ritmos vertiginosos de todos los continentes, se fueron logrando infinitas osmosis y
simbiosis musicales.
La música es portadora de la historia de las sociedades, lleva y cuenta sus tramas intrínsecas, traza sus
caminos históricos y políticos, se compromete con sus pueblos, llega tantas veces a ser más veloz en su
recorrido por la vida que la vida misma. De la tradición más antigua a la modernidad todavía mal
definida y mal asimilada, la música, muchas veces, se hace pionera y anunciadora de acontecimientos
futuros. De las músicas precolombinas a la expresión más radical de las músicas de guetos y favelas,
las gamas y escalas musicales no pueden siempre aceptarse como el conjunto de una misma historia.
En el seno de la inconmensurable simbiosis de tierras y gente, en este mestizaje de razas e Historias de
la humanidad, quizá la música sea el único elemento capaz de aceptar la antinomía respetable entre los
hombres. Quizá sea la música la única y real fuerza creada siempre por los hombres, capaz de ir más
allá de su propio ímpetu vital. Lenguaje de simetrías y asimetrías, de órdenes y desórdenes, de
testimonios y ataques, de paz y amor, de fuentes más inesperadas de “descargas” humanas, el decir
musical seguirá siendo el vehículo de expresión cultural más intenso y el símbolo de las esperanzas
más profundas de cada pueblo oprimido o libre de esta infinita pluralidad humana.
“Hoy te quiero cantar más allá
más allá de donde ha de llegar la canción”

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