MUSICA ES VIDA

MUSICA ES VIDA
MUSICA,TERAPIA,SALUD Y VIDA

jueves, 27 de enero de 2011

MUSICA COMO TERAPIA

Música como terapia.
La medicina propende por prevenir antes que curar, pero nosotros distamos de ese modelo de vida que se anticipa a los eventos. ¿Cuándo fue la última vez que alguno de nosotros se sentó en un sillón solo para cerrar los ojos, respirar profundo, descansar, liberar el estrés, escuchar una pieza musical tranquila y simplemente dejar que su sosiego nos brindara unos minutos de felicidad? . Pues bien, eso que tal vez haya sido experimentado por algunos, no es simplemente el resultado de un gusto de antaño por las melodías, sino que actualmente es un reto de la medicina moderna, documentado y probado con evidencia científica
Los alcances de la música como terapia, han trascendido fronteras, idiomas, ideologías y hasta especies. Los chinos poseen innumerables álbumes musicales con títulos como: Estreñimiento, Insomnio, Hígado, Corazón, etc.
El origen de estos nombres obedece a patologías para las que, como tratamiento, son creadas estas piezas musicales o los órganos hacia los cuales va dirigida la acción de las mismas. Por otro lado prescriben algunas piezas de la música clásica y romántica para patologías específicas, por ejemplo, para las cefaleas y migrañas sugieren La Canción de la Primavera de F. Mendelhsohn, Humoresque de A. Dvorak o incluso una dosis de Un americano en París de G. Gershwin. Aunque suene increíble, en monasterios de Bretaña, los monjes tocan música a los animales a su cargo y han encontrado que las vacas a las que se les pone a escuchar a Mozart dan más leche. Esto no es nada nuevo, siempre se ha dicho que la buena música es capaz de sensibilizarnos hacia la magnificencia del universo , un universo donde existen cosas efímeras, pero también cosas eternas; cosas esenciales y superficiales. Nada de extraño tiene que la música haya estado unida a la palabra en el comienzo del mundo.Por qué la música es capaz de curar?
Quizás en alguna oportunidad de nuestras vidas hemos podido sentir cómo una pieza musical nos puede traer un precioso recuerdo de nuestras vidas y hacernos sentir mejor, o tal vez hemos tarareado a nuestros hijos alguna escueta melodía para calmarlos o dormirlos, o aún en nuestros momentos de soledad, de euforia o de depresión, una canción ha sido nuestra cómplice y compañera. Pero lejos de esta apreciación un tanto subjetiva, existe amplia documentación científica y estudios bien elaborados que dan soporte a esta nueva arma dentro del tratamiento de enfermedades. Para entender por qué la música en general puede curar, uno debe comprender el sonido y su efecto sobre la materia física.
En Cymantics, Hans Jenny, un ingeniero y doctor suizo ha descrito cómo el sonido interactúa con la materia, él demuestra que intrincadas figuras geométricas pueden ser formadas por el sonido. Por ejemplo, Jenny ha creado vibraciones en cristales con impulsos eléctricos y transmitido las vibraciones a un medio como un platillo o un cordel. El también ha producido figuras oscilantes en líquidos y gases.

Las formas y figuras que pueden ser creadas mediante el sonido son infinitas y pueden ser variadas simplemente cambiando el tono, la armónica y el material que vibra. Los sonidos vibrantes forman patrones y crean campos de energía de resonancia y movimiento en el espacio circundante. Nosotros absorbemos estas energías y ellas sutilmente alteran nuestra respiración, pulso, presión arterial, tensión muscular, temperatura de la piel y otros patrones rítmicos internos.
Los invito a compartir sus experiencias y conocimientos en el tema Por qué en los países en los que se canta y baila mucho la gente sonríe más? ¿Cómo actúa la música y en concreto una buena entonación sobre nuestro estado de animo? ¿Podemos mejorar incluso de una depresión? Voy a tratar de explicarlo poco a pocoy lo entenderás.
Orfeo tocaba el laúd para curar la melancolía. John Cash curaba con el Gospel y los esclavos negros del norte de América se daban fuerza y ánimos con los “blues”. La samba y la música brasileña, dentro de la música contemporánea, es una de las más sanadoras, te hace sentir a salvo y con mucha energía. Muchas veces las personas reprimen sus emociones y no se permiten sentirlas, escondiéndolas en su interior. Sin embargo, no por mucho esconderlas conseguimos hacerlas desaparecer. Nos hacemos los fuertes, pero no debemos olvidar que la curación natural viene de ser capaces de expresar la pena, el dolor, etc…
La música y la entonación van muy bien en el rito del desahogo, nos permiten expresar las emociones, la tristeza, la pena y la aflicción. Si sentimos emociones negativas somos más proclives a la depresión. Estas emociones deben exteriorizarse, sino queremos que nos causen malestar, depresión y enfermedades.
La voz humana es nuestro instrumento más poderoso para transmutar el dolor y el sufrimiento en un bienestar radiante.
Una de las curaciones más famosas de la historia fue la del rey Felipe de España en la década de 1730. Después de oír cantar a Farinelli, que fue un cantante castrato italiano, desaparecieron milagrosamente el dolor, crónico, la depresión y la enfermedad mental del rey.
Otra de las historias más asombrosas fue el caso de los monjes de un monasterio benedictino del sur de Francia, aquejados de inquietud, fatiga y depresión. El Dr. Tomatis después de visitar a 70 de los 90 monjes del monasterio comentó que su abatimiento no era físico sino auditivo. Este estado de debilidad de los monjes era la consecuencia de haber eliminado varias horas de canto gregoriano de su rutina diaria.
Esta práctica diaria de canto gregoriano les bajaba el ritmo respiratorio, y la tensión arterial, elevándoles el ánimo y aumentándoles su productividad.
Al poco tiempo de reanudar sus sesiones de canto gregoriano recuperaron su vigor y su salud.
Entonación y música, estimulan el sistema inmunológico. En la depresión es muy importante, ayudar al sistema inmunológico a mantenerse en perfecta armonía, ya que la depresión suele bajar las defensas.
Las actuales investigaciones en inmunología indican que la insuficiencia de oxígeno en la sangre podría ser causa importante de inmunodeficiencia y de enfermedades degenerativas.
Precisamente con la entonación lo que conseguimos es una oxigenación extra de todas las células de nuestro cuerpo. La base de toda entonación, es la respiración, por tanto cantar y entonar oxigenan realmente la sangre.
La entonación y la música aumentan los niveles de endorfinas, que son los opiáceos naturales propios del cerebro. Investigación médica reciente indica que son capaces de disminuir el dolor e inducir una euforia natural.
En el centro de investigación de la adicción de Stanford (California), el científico Avram Goldstein comprobó que la mitad de las personas estudiadas experimentaban euforia mientras escuchaban música, capacitando al cuerpo a producir sus propios anestésicos y a mejorar la actividad inmunitaria.
Guy Bérard, especialista francés en audición, confirma en su libro haber tratado a 233 enfermos de depresión con tendencias suicidas. El 93 % se curaron después del primer curso de tratamiento, el 4,7 % curaron después de dos o tres tratamientos; en cinco personas no dio resultados.

 
La música realmente nos puede ayudar mucho en la enfermedad de la depresión, pero por encima de la música lo que realmente nos va a ayudar es la entonación, la capacidad de poder expresar con nuestras voces y exteriorizar fuera lo que sentimos dentro, en nuestro interior.
Si las personas depresivas supieran que poseen dentro de si mismas el instrumento curativo que las va a sanar, no dudarían en entonar y canturrear sin descanso

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