MUSICA ES VIDA

MUSICA ES VIDA
MUSICA,TERAPIA,SALUD Y VIDA

miércoles, 30 de mayo de 2012

MARIA COMA

Maria Coma es una compositora, pianista y cantante barcelonesa de 23 años que lleva haciendo música toda su vida. Empezó ya de muy pequeña con la música clásica, donde estuvo 11 años, se pasó luego a estudiar música moderna y jazz y finalmente al estudio de la composición i los arreglos. Se dedica a hacer bandas sonoras para cortometrajes y spots de publicidad. Aparte de esto hace también de guionista y montadora de vídeo en documentales, grabaciones de conciertos, videoclips, etc, cosas que ha aprendido estudiando la carrera de Comunicación Audiovisual. Además de su proyecto en solitario, Maria Coma tiene el proyecto musical “u_mä” compartido con su pareja (Pau Vallvé: Estanislau Verdet, etc).

Después de un año girando por los escenarios de todo Cataluña defendiendo el primer disco de u_mä en una treintena de conciertos, Maria Coma saca su primer disco en solitario, el “Linòleum” (Amniòtic Records 2009).

“Linòleum” es un disco precioso y trabajadísimo para el cual Maria Coma i Pau Vallvé (quién ha producido el disco) se han pasado un año y medio encerrados en el estudio de Pau. Se trata de un disco de autor, con canciones muy personales. Destaca la voz impecable de Maria Coma encima de los arreglos de cuerda i de vientos o en medio de las percusiones i coros vocales. Es un disco que a la vez combina de una manera muy natural la escucha agradable del pop con la profundidad y riqueza musical de artistas cómo Hanne Huckleberg, Joanna Newsom o Björk.

Destaca también la producción de Pau Vallvé, que ha sabido dar forma, color i diversidad de texturas a las canciones, dotando a todo el disco de un aire diferente al que estamos acostumbrados. La combinación de los talentos de los dos se ve reflectada en este “Linòleum”, un disco hecho con mucho cariño, delicadeza y personalidad, donde cada canción es un mundo y está orquestada de una manera diferente. Un disco que refleja las dos caras de Maria Coma: aquello mas naïf y delicado, y lo mas oscuro y trascendente. Una perla en el panorama de la música independiente i de autor de nuestro país.


Copiado del Blog de Maria Coma.Gracias por estar, por ser , esta es una más de tus indicaciones.J.G.&A.M.

miércoles, 9 de mayo de 2012

ZUBHI METHA....LA MAESTRIA Y LA EXIGENCIA

Zubin Mehta (Bombay, India, 29 de abril de 1936) es un director de orquesta y desde 1981 es el Director Musical Vitalicio de la Orquesta Filarmónica de Israel.
Zubin Mehta nació en Bombay el 29 de abril de 1936, en el seno de una familia aristócrata parsi, hijo de Mehli y Tehmina Mehta. Su padre fue violinista y director fundador de la Orquesta Sinfónica de Bombay. Zubin fue alumno de la St Mary's High SchooL, Mazagoan. En un principio tenía pensado estudiar medicina, pero finalmente se convirtió en estudiante de música en Viena a los dieciocho años, teniendo como profesor a Hans Swarowsk (en aquella academia por el mismo tiempo estaban también Claudio Abbado y el director y pianista Daniel Barenboim).
En 1958 realizó en Viena su debut como director. Ese mismo año ganó el Concurso Internacional de dirección musical en Liverpool y fue nombrado director asistente de la Orquesta Filarmónica Real de Liverpool.
Mehta pronto alcanzó el rango de director principal cuando fue nombrado director musical de la Orquesta Sinfónica de Montreal en 1960, puesto que mantuvo hasta 1967. Otros cargos que ocupó fueron el de director musical de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (1962- 1978), de la Orquesta Filarmónica de Nueva York (1978-1991), convirtiéndose en el más duradero en aquel puesto. La Orquesta Filarmónica de Israel nombró a Mehta en 1969 Consejero musical, en 1977 Director musical, y en 1981 como Director Vitalicio. Adicionalmente desde 1998 ha sido también Director Musical del Ópera Estatal de Baviera en Múnich. La Orquesta Filarmónica de Múnich lo nombró Director Honorario.
 
Zubin Mehta dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Israel en Bombay (octubre de 2008).
Hizo giras por su país nativo, India, y su ciudad Bombay en 1984, con la Orquesta Filarmónica de Nueva York y nuevamente en noviembre y diciembre de 1994 con la Orquesta Filarmónica de Israel con los solistas Itzhak Perlman y Gil Shaham.
En 1990, dirigió la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino y la Orquesta del Teatro de la Ópera de Roma en el primer concierto de Los Tres Tenores, haciéndolo de nuevo en 1994 en el Dodger Stadium de Los Ángeles. En junio de 1994, Mehta interpretó el Réquiem de Mozart junto con los miembros de la Orquesta Sinfónica de Sarajevo en las ruinas de la Biblioteca Nacional de Sarajevo, en un concierto a beneficio de las víctimas del conflicto armado y en memoria de las miles de personas asesinadas en las Guerras Yugoslavas.
El 29 de agosto de 1999 dirigió la Sinfonía nº 2 "Resurrección" de Mahler en las cercanías del campo de concentración de Buchenwald en la ciudad alemana de Weimar. El concierto fue ofrecido por la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera y la Orquesta Filarmónica de Israel, colocándose una al lado de la otra.
En 1997 y 1998 colaboró con el director de cine chino Zhang Yimou en una producción de la ópera Turandot de Puccini que se realizó en Florencia y luego en Pekín, donde fue puesta en escena, en su escenario actual, en la Ciudad Prohibida usando más de 300 extras y 300 soldados, para ocho representaciones históricas. La realización de esta producción fue narrada en un documental llamado The Turandot Project en el que Mehta realiza la narración.
En 2000 su hermano, Zarin Mehta, fue nombrado director ejecutivo de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. En 2001, el Gobierno de la India lo honró con el Padma Vibhushan el segundo premio civil más importante del país.
Entre julio y agosto de 2005 Zubin visitó Bombay y también supervisó un programa organizado por la Fundación Musical Mehli Mehta.
El 26 de diciembre de 2005, con ocasión del primer aniversario del Terremoto del Océano Índico de 2004, Zubin Mehta junto a la Orquesta Estatal de Baviera tocaron por primera vez en Madrás en la conocida "Academia Musical de Madrás". Este concierto especial en memoria del tsunami fue organizado por el consulado alemán de Madrás junto con el Instituto Bhavan/Goethe Max-Mueller. Asistieron cerca de 3.000 personas, entre ellos personalidades eminentes como Amartya Sen (laureada con el Premio Nobel de Economía) y el gobernador de Tamil Nadu, Surjit Singh Barnala. También tocaron en Delhi el 28 de diciembre en el Estadio Indira Gandhi. 2006 fue su último año con la Orquesta Estatal de Baviera.
 
Zubin Mehta con los cantantes Dolly Parton y Smokey Robinson durante una recepción en la Casa Blanca para los galardonados con el Premio Kennedy (diciembre de 2006).
En septiembre de 2006 el Centro Kennedy anunció al Maestro Mehta como uno de los galardonados del año con el Premio Kennedy, que le fue entregado el 2 de diciembre de 2006.
Mehta está casado con Nancy Kovack, un actriz de cine y televisión. Su vida ha sido documentada en la película de Terry Sanders Portrait of Zubin Mehta y en un libro de Martin Bookspan y Ross Yockey titulado Zubin: The Zubin Mehta Story.
Desde 2005 es el director titular (junto a Lorin Maazel) del Palacio de las Artes Reina Sofía en la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia.
El 24 de mayo de 2008 fue investido Doctor Honoris causa por la Universitat Politècnica de València, donde se mencionó a Francisco Casanovas Tallardá como su primer profesor de música.
Tuvo el placer de dirigir el Concierto de Año Nuevo de Viena en los años 1990,1995,1998 y 2007


Hoy prescindo de una JOYA....siempre tengo al DIAMANTE EN BRUTO . Gracias J.G.

martes, 8 de mayo de 2012

GLUCK Y EL CLASICISMO

Este breve periodo, que abarca la segunda mitad del s.XVIII, tiene en Alemania su principal expresion, y esta dominado por GLUCK, HAYDN, y MOZART.
El periodo clasico aporto mejoras tecnicas en todos sus aspectos y la adopcion de un ideal de perfeccion basado en el equilibrio entre el sentimiento y la razon.
Christoph Willibald Ritter von Gluck, compositor alemán de origen germano-bohemio, nacido en Erasbach, actual Alemania  el 2 de julio de 1714 y fallecido en Viena el 15 de noviembre de 1787.
Hijo de un guarda forestal. En 1736 el príncipe Lobkowitz tomó a Gluck a su servicio en Viena y un año después el príncipe Melzi se lo llevó consigo a Milán (Italia), donde recibió lecciones de composición de Giovanni Battista Sammartini.
Fruto de estas enseñanzas fue su primera ópera seria, Artajerjes, estrenada en Milán en 1741, según el estilo italiano entonces imperante. Dado el éxito alcanzado, Gluck dio a la escena nuevos títulos, entre ellos Il Tigrane (1743), Semíramis reconocida (1748) en Viena, La clemencia de Tito (1752) y La Cinesi (1754). Ninguno de ellos dejaba entrever las innovaciones que le harían célebre, antes al contrario se adaptaban plenamente a las convenciones formales de la ópera seria.
Determinante en su posterior evolución fue el conocimiento de la ópera francesa, la tragédie-lyrique de Jean Baptiste Lully y Jean Philippe Rameau, que tuvo oportunidad de estudiar en Viena. Influido por ella dio a conocer en 1761 el ballet Don Juan y la ópera Orfeo y Eurídice (1762), con libreto de su colaborador Raniero di Calzabigi. Esta reforma, sistematizada con detalle en el prólogo de su posterior trabajo, Alceste (1767), intentaba devolver a la ópera el espíritu de la tragedia griega.
Mantuvo una rivalidad con el compositor italiano Niccolò Piccinni conocido como las Querella de gluckistas y piccinnistas
Con ese fin, Gluck eliminó el aria da capo, adecuó las voces a los personajes, sustituyó los recitativos secchi por otros acompañados por la orquesta, a la que enriqueció en efectivos y otorgó un mayor protagonismo, y difuminó las diferencias entre estos recitativos y las arias. El resultado fueron unas obras en las que devolvía a la ópera su contenido teatral, perdido en el Barroco.
La Reforma Protestante no consiguió consolidarse en Viena, pero sí en Francia, país en el cual el músico se estableció en el año 1773 y en el cual dio a conocer con éxito Ifigenia en Áulide (1774), Armide (1777) e Ifigenia en Táuride (1779).

NUESTRA JOYA,EL MUNDO DE LA MUSICA ,PAGINA 1978, J.G.&A.M.

domingo, 6 de mayo de 2012

MUSICA DEL CLASICISMO


A mediados de 1770 se empieza a generar un nuevo movimiento en la arquitectura, la literatura y las artes conocido como clasicismo o neoclasicismo. El clasicismo musical o período clásico comienza aproximadamente en 1750 y termina alrededor de 1820.
Música clásica se dice en general para todos los períodos de la música culta europea, pero las primeras composiciones llamadas clásicas fueron las de este período. En la música no se trató del redescubrimiento y copia de los clásicos del arte greco romano, los pocos restos de música griega y de tratados teóricos que quedaron no se consideran suficientes para conocer como era aquella música realmente. La música del clasicismo evoluciona hacia un extremo equilibrio entre armonía y melodía. Compositores muy famosos son Haydn, Mozart y el primer Beethoven (Beethoven supone un giro de tuerca en la evolución de la música tonal, yendo cada vez más lejos del llamado centro tonal (Enunciado por J.S.Bach). Es en este punto cuando empieza la época romántica en la historia de la música).
Los instrumentos en el Clasicismo

Algunos instrumentos surgen en este periodo, como el piano; el Arpeggione y el clarinete. Si bien la mayoría de los instrumentos sinfónicos ya existían desde el Barroco, muchos de ellos cambian y se adaptan a los nuevos requerimientos estilísticos y de composición de la época. Mientras surgen nuevos instrumentos y se desarrollan los que ya existían otros pierden vigencia casi hasta su extinción: viola da gamba, clavicordio, dulzaina, flauta dulce (volverá a renacer en el siglo XX), bajón, laúd, etc. El fortepiano se impuso sobre el clave de tal forma que pasó a ocupar un lugar central en la música de cámara e incluso conciertos solistas. Esto se profundiza aún más en el Romanticismo, con la aparición del pianoforte romántico.

 La orquesta en el Clasicismo

Este es un periodo clave también para la orquesta porque aquí se configura claramente la Orquesta Sinfónica como tal, por influencias mayormente de Mozart y Haydn. De la orquesta de cámara heredada del barroco, en donde se mantiene la sección de cuerdas, aunque esta es ampliada en número. Se abandona la práctica del bajo continuo, y con ello el clavecín en la orquesta. Así también queda claramente establecida la sección instrumentos de madera (madera y metal es por la clase de boquilla de los instrumentos originales, no por el material en sí del instrumento) a 2, esto es 2 flautas traveseras, 2 oboes, 2 clarinetes y 2 fagotes. Además de los de metal: 2 trompetas, entre 2 y 4 trompas y ocasionalmente 1 trombón.

Desarrollo de la música clásica

Una de las figuras decisivas en la transición del barroco al Clasicismo musical fue el compositor italiano Domenico Scarlatti. El estilo de sus obras era más cercano al Clasicismo porque utilizaba estructuras claras, y melodías con acompañamientos cada vez más comprensibles para el oyente. Otro compositor influyente fue Christoph Willibald Gluck quien restándole importancia a la improvisación de ornamentos, se focalizó en los puntos de modulación y transición. La fase entre el Barroco y el Clasicismo fue llamada de varias maneras como Rococó o estilo galante, pero se caracterizó en el paso de la textura de polifonía compleja a melodías claras con acompañamientos sencillos y la creación de estructuras formales bien definidas.

1750 a 1775

Para la década de 1750 los géneros instrumentales como sinfonía y concierto habían ganado la suficiente fuerza como para ser interpretados independientemente de la música vocal y tenían gran aceptación en las cortes. El compositor del momento era Joseph Haydn. Además de escribir sinfonías de estructura claramente clásicas, escribió sonatas para pianoforte, el nuevo instrumento de teclado que estaba surgiendo y permitía mayores capacidades expresivas. Fue considerado también el "padre del cuarteto de cuerdas", probablemente porque sus obras para esta formación son de gran refinamiento melódico y armónico. Esto contribuyó para que el cuarteto quede establecido hasta nuestros días.

1775 a 1790

Un joven compositor comienza a revolucionar la ópera y el concierto; Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque se basó en los aportes de Haydn, Mozart prefería melodías más cantables, al estilo italiano. Además en sus obras se aprecian más cromatismos y otras modificaciones armónicas. En cuanto a la instrumentación, utiliza más variedad de instrumentos, en ricas combinaciones tímbricas. En la década de 1780 surge Muzio Clementi  y adquiere prestigio con sus sonatas y estudios para piano. Este compositor incentivó la extensión de la tesitura del instrumento, entre otras modificaciones que brindaron nuevas posibilidades.

Beethoven y el paso al Romanticismo

Durante el Clasicismo la vida musical sufrió numerosos cambios; se empezó a editar y publicar partituras, los músicos hacían giras y la notación musical se volvió cada vez más específica. Una nueva generación de compositores formada por Johann Nepomuk Hummel, Luigi Cherubini y Ludwig van Beethoven comenzaron a cobrar importancia. Complicaron cada vez más la sección de desarrollo y el piano ocupó un lugar central en sus obras. También se complicaron los acompañamientos para crear texturas más ricas y la armonía se volvió más flexible y elaborada. Beethoven fue el que produjo los cambios más profundos en el estilo y por ello es considerado el responsable de la transición hacia el periodo romántico. Sus principales aportes fueron las innovaciones armónicas, como el uso de cuartas y quintas, y la búsqueda de una mayor expresividad. También fue un pionero en cuanto a la orquestación de sus sinfonías, ya que utilizó muchos instrumentos que no formaban parte de la orquesta y esto impulsó la ampliación de la misma.

Características estilísticas

En cuanto a la armonía no se producen cambios significativos porque las principales reglas armónicas ya venían establecidas del periodo anterior. Pero si podemos observar grandes cambios de textura; se utiliza un estilo más puro y equilibrado, generalmente melodía acompañada y en ocasiones homofonía o polifonía vertical. Surge y se impone el bajo Alberti (forma de acompañamiento en donde se van desplegando acordes). Esto sucede en oposición al estilo barroco de sobrecargado estilo imitativo, que produjo complejas fugas y canones. Recordemos que el ideal clásico es equilibrio y armonía. Cada vez se utilizan más variedad de dinámicas y articulaciones, gracias al desarrollo de los instrumentos. Las melodías se vuelven cantabiles y la forma musical adquiere particular importancia. Es en este periodo cuando se definen claramente las estructuras en las que se basa la música culta occidental casi hasta nuestros días; la sonata, la sinfonía y el concierto clásico.


Las formas del Clasicismo

En este periodo se establecen las estructuras que rigen a las principales formas. Entre estas se destaca la llamada forma sonata que luego se implementó en la mayoría de los géneros del momento.

La sonata

Tiene tres o cuatro movimientos. En el primer movimiento se sigue un esquema con tres partes, primero una exposición en la que el compositor nos presenta dos temas, uno enérgico y otro más melódico. En segundo lugar, el desarrollo en el que se establece una lucha entre los dos temas. Finalmente la reexposición, en la que la tensión armónica se resuelve al volver a escucharse los temas iniciales. El segundo movimiento, lento, suele ser un tema más melodioso, utilizándose un lied, con forma ternaria y lírico. El tercer movimiento tiene un carácter más desenfadado, generalmente en forma de minuetto, danza de origen francés.(Scherzos tratándose de Beethoven). En el cuarto movimiento se adopta casi siempre la forma del rondó; alterna secciones fijas con variables. La sonata propiamente dicha está escrita para un solo instrumento o bien para un pequeño conjunto de dúos, tríos. La forma sonata, si es para una agrupación de cámara, puede ser un cuarteto, quinteto, etc. Si es para una orquesta, recibe el nombre de sinfonía, y si es orquestal ,pero con un solista, concierto.

La ópera

En el siglo XVIII se había convertido en un fastuoso espectáculo de la corte, a través del cual los monarcas y los aristócratas exhibían su esplendor. Los temas se referían a la mitología y representaban grandes tragedias lírico-heroicas, montadas con gran aparatosidad, la ópera seria. Por el contrario, las clases sociales menos favorecidas contaban con su propio teatro musical, pequeñas actuaciones satírico-burlescas, la ópera buffa. De breve duración, su argumento es muy simple, recurre a la expresión directa en lenguaje coloquial y se sirve de dos o tres personajes solamente, reduciendo al máximo los elementos musicales, en los que desde luego están ausente los coros y cobra la mayor importancia la melodía popular de fácil construcción


EL MUNDO DE LA MUSICA PAGINA 1494. NUESTRA JOYA . GRACIAS J.G&A.M.

viernes, 4 de mayo de 2012

MUSICA DEL ROCOCO

El Rococó es un movimiento artístico nacido en Francia, que se desarrolla de forma progresiva entre los años 1720 y 1740.
El Rococó es definido como un arte individualista, antiformalista y cortesano. Se caracteriza por el gusto por los colores luminosos, suaves y claros. Predominan las formas inspiradas en la naturaleza, la mitología, la belleza de los cuerpos desnudos, el arte oriental y especialmente en los temas galantes y amorosos. Es un arte básicamente mundano, sin influencias religiosas, que trata temas de la vida diaria y las relaciones humanas, un estilo que busca reflejar lo que es agradable, refinado, exótico y sensual.
Según Étienne-Jean Delécluze el término «rococó» fue inventado en torno al año 1797 como una broma por Pierre-Maurice Quays, alumno de Jacques-Louis David; supuestamente se trataría de una asociación de las palabras francesas "rocaille" y "baroque" (barroco), la primera de las cuales designa una ornamentación que imita piedras naturales y ciertas formas curvadas de conchas y mariscos. El término rococó tuvo durante mucho tiempo un sentido peyorativo, antes de ser aceptado a mediados del siglo XIX como un término propio de la historia del arte.
Música

El estilo galante  fue el equivalente del Rococó en la historia de la música, situado entre la música barroca y la música clásica, y no es fácil definir este concepto con palabras. La música rococó se desarrolló al margen de la música barroca, particularmente en Francia. Puede ser considerada como una música muy intimista realizada de forma extremadamente refinada. Entre los máximos exponentes de esta corriente se puede citar a Jean Philippe Rameau y Carl Philipp Emanuel Bach Johann Christian Bach George Philipp Telemann.

Una visión crítica del Rococó en el contexto eclesiástico fue sostenida en la Enciclopedia católica. Para la iglesia, el estilo Rococó se podía asimilar a la música profana, contrapuesta a la música sacra. La carencia de simplicidad, la exterioridad y la frivolidad tenían el efecto de distraer del recogimiento y de la plegaria.
Con todo, eliminada su exterioridad más explícita, el resultado pudo ser aceptado como en consonancia con un ambiente dedicado al culto. En el desarrollo del Rococó, encontramos una decoración compatible con el aspecto sagrado de las iglesias.
 
Capitel rococó en Steinhausen.
Los artistas franceses parecen no haber considerado nunca la belleza de la composición del objeto principal, mientras que los alemanes hacen de la potencia de las líneas su característica principal. En el interior de las iglesias, el Rococó pudo ser tolerado, dado que los objetos eran pequeños como un vaso, una mesita de un corazón, una luz, una barandilla o una balaustrada y no eran demasiado evidentes a la vista. Resulta estar más en consonancia en la sacristía y en ambientes no propiamente de culto, más que en la iglesia propiamente dicha. El estilo Rococó se adapta muy mal al oficio solemne de la función religiosa, con el tabernáculo, el altar o el púlpito.
En el caso de grandes objetos, la escultura rococó resulta bella, pero a la vez se encuentra un parecido con el barroco. Los elementos fantasiosos de este estilo no se adaptan a las grandes paredes de las iglesias. En cualquier caso, todo tiene que ser según la situación local y las circunstancias. Hay piezas del Rococó auténticamente bellas, mientras que algunas otras no responden a los cánones e intentan asimilarse a objetos sacros.
Entre los materiales utilizados en el estilo Rococó figuran la madera tallada, el hierro y el bronce, utilizado en la construcción de balaustradas y portales. Un elemento distintivo es el dorado que cubre los fríos materiales metálicos, más aceptables para la implantación en ambientes no profano

HISTORIA DE LA MUSICA . PAGINA 1109. NUESTRA JOYA  J.G& A.M.

jueves, 3 de mayo de 2012

MUSICA BARROCA

La música del periodo barroco es el estilo musical relacionado con la época cultural europea homónima, que abarca desde el nacimiento de la ópera en el siglo XVII (aproximadamente en 1600) hasta la mitad del siglo XVIII (aproximadamente hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750).
Se trata de una de las épocas musicales más largas y fecundas de la música occidental. Sus características más definitorias son el uso del bajo continuo (que facilitó el desarrollo de la armonía tonal, a diferencia de la anterior, modal) y el gusto por los fuertes contrastes sonoros (entre coros, entre familias instrumentales o entre solista y orquesta), materializado en la policoralidad y el «estilo concertante». Este gusto por el contraste y algunas otras de sus características son compartidas por el movimiento homónimo en las artes plásticas: profusión en el uso de ornamentación, teatralidad, dramatismo, utilización como medio para la pompa y esplendor en los espectáculos públicos, etc.
 Textura

Durante el Barroco los músicos siguen cultivando texturas a cuatro y cinco voces heredadas del Renacimiento (polifonía imitativa, homofonía...), pero las voces de dichas obras no son ya de similar importancia, sino que se destacan la voz superior y el bajo, abreviándose la escritura de las intermedias en el llamado bajo continuo; esta textura suele llamarse bipolar o de monodía acompañada.
La aparición de la monodía acompañada fue precipitada por la creación del estilo vocal recitativo, en el cual el ritmo de la palabra determina el discurso melódico -La música ha de ser sirviente de la poesía-, quedando reducido el acompañamiento a meros acordes.

 Estética y nuevas formas

En esta época se desarrollan como nuevas formas la sonata, el concerto grosso, la ópera, el oratorio y el ballet francés, y se vive además un auge de la música instrumental pura, es decir, sin relación con consideraciones ideológicas que se deriven de un texto, o funcionales como en el caso de la música de danza.
A diferencia de épocas anteriores, la música sacra y la música profana conviven armoniosamente, formando parte de la profesión musical. La mayor permisividad estética lleva a que la interpretación musical tienda a enriquecer las partes mediante una profusión de ornamentos y recursos expresivos. Una característica importante fue que los detalles del arte en el Barroco no se aplicaron a la música. Se buscó en un principio desechar las complicadas líneas melódicas de la polifonía renacentista para dar lugar a la homofonía (más tarde la polifonía recuperará con Bach todo el esplendor que la había caracterizado), dando de esta manera más fortaleza y protagonismo al texto, pues la música giraba en torno a una sola melodía bien formada y acompañada por acordes, para que fuera "entendible" el texto. Esto fue debido en gran parte a la corriente humanista.
Tienen gran importancia la teoría de los afectos, que considera a la música como creadora de emociones, y la retórica, que transfiere conceptos de la oratoria tradicional a la composición del discurso musical del Barroco.
Finalmente, cabe señalar que la música en esta época estaba abierta a cambios y adaptaciones. Muchos compositores creaban nuevas obras adaptando o reescribiendo con algunas modificaciones partituras anteriores, siendo estos cambios en la misma partitura o en las combinaciones de instrumentos. En la música vocal, los cantantes tenían varias partes donde podían improvisar.

 Periodización y evolución

El Barroco temprano (1580-1630)

Desde las últimas décadas del siglo XVI se inició la disolución del antiguo estilo polifónico renacentista, caracterizado por una textura polifónica imitativa homogénea. Dos fueron las novedades principales:
- La policoralidad, típica de la música religiosa de la escuela veneciana (Giovanni Gabrieli), consistente en la alternancia entre diversos grupos vocales o instrumentales situados en diversas ubicaciones (cori spezzati, típicos de la Basílica de San Marcos). Una evolución natural de la policoralidad fue el estilo concertante, en el que se contrastan instrumentos contra voces (como en los concerti ecclesiastici), o solistas contra el conjunto general.
- La monodía acompañada, en la que una sola voz aguda concentra todo el interés musical. Su acompañamiento instrumental suele escribirse en forma taquigráfica en forma de bajo continuo, consistente en una línea de bajo más unas cifras que indican los acordes con que se rellenan las faltantes voces intermedias. La Camerata Florentina y la aparición de la ópera fueron decisivas en la difusión de esta monodía acompañada.
Alrededor del año 1600 se destaca en la historia de la música un compositor de inusual talento: Claudio Monteverdi. Fue un maestro de los dos estilos entonces preponderantes: la prima prattica (el polifónico género madrigal) y la seconda prattica o recitativo de la música vocal solista (un subgénero de la monodia acompañada, esto es, una o varias voces solistas y bajo continuo). Compuso una de sus obras más famosas, el "Lamento d'Arianna", tanto en versión polifónica como en versión para solista y bajo continuo. Monteverdi sería el máximo representante de la recién creada ópera en aquella época. En esta época comenzaría a tener éxito en varios países, excepto en Inglaterra, debido a la proclamada "guerra contra los espectáculos". En paralelo a la profana ópera se desarrolló el oratorio, religioso, gracias a San Felipe Neri.

 El Barroco medio (1630-1680)

El éxito internacional de la música italiana en general y de la ópera en particular expandió por toda Europa (Alemania, Austria, Inglaterra, España...) los recursos de la monodía y del estilo concertante. Mientras tanto, en Italia autores como Cesti, Francesco Cavalli y Luigi Rossi suavizaban la dureza del estilo monódico original para desarrollar la ópera belcantista, en la que se separaban ya claramente recitativos y arias. La ópera francesa (bajo diversos nombres) comenzó su despegue en la corte de Luis XIV, en el mismo tiempo y lugar en que la familia Hotteterre desarrollaba los nuevos instrumentos de madera barrocos (oboe, fagot, flautas travesera y de pico...) y en que se fijaba la suite instrumental francesa.
En esta época sobresalieron, entre otros compositores, Jean-Baptiste Lully (1632-1687) y Henry Purcell (1659 - 1695), en Francia e Inglaterra respectivamente, y su contemporáneo alemán Johann Pachelbel (1653 - 1706).

El Barroco tardío (1680-1730)

El Barroco tardío se sitúa aproximadamente entre 1680 y 1730. Una vez más es Italia el país que marcó las tendencias innovadoras, entre cuyos rasgos más notables están:
- La plena adopción de las fórmulas tonales, a partir de la escuela boloñesa (Torelli, Stradella) y más tarde Corelli: cadencias frecuentes y muy claras como marco formal, progresiones con movimiento de quintas, cadenas de retardos, acordes paralelos de sexta...
- La extensión del estilo de concierto, aplicado a la ópera y a la música instrumental: uso de ritornelos, contrastes entre tutti y solo, bajos de gran empuje rítmico, pasajes en unísono, homofonía gobernada por el bajo continuo...
La enorme influencia de Corelli llevó el estilo italiano a toda Europa. En Francia desplazó incluso a la fortísima tradición musical local originada en Lully, no sin grandes resistencias (hasta la tardía querella de los bufones), y en Inglaterra fueron directamente sus discípulos, como Francesco Geminiani, los autores más influyentes. Autores alemanes de primer nivel como Bach, Telemann y Händel estudiaron e imitaron el estilo italiano.
Los compositores barrocos cuya música está actualmente más difundida pertenecen a la generación nacida en torno a 1685: Antonio Vivaldi en Italia, Georg Friedrich Händel en Inglaterra, Johann Sebastian Bach y Georg Philipp Telemann en Alemania, Jean Philippe Rameau en Francia y Domenico Scarlatti, español de adopción.

 La transición al Clasicismo (1730-1750)

A finales del Barroco hay varias tendencias estéticas: el estilo galante francés desde 1730, el desarrollo en Italia de la ópera buffa, la sonata y la sinfonía, y el estilo sentimental (Empfindsamer Stil) alemán; ellos conforman una suerte de preclasicismo. Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788), uno de los hijos de Johann Sebastian, es considerado el padre de la sonata clásica.

 Los géneros y las formas

En los géneros del Barroco ya se percata una clara división en géneros instrumentales y géneros vocales. En el ámbito vocal, junto con formas antiguas del motete y la misa, se crean tres importantes géneros que supondrán una época dorada en este campo: la cantata, la ópera y el oratorio, siendo la ópera el género vocal nuevo más importante del Barroco y uno de los de la música académica.
En esta época, los géneros instrumentales alcanzan su madurez y se crean formas instrumentales como la sonata, el concierto y la suite, de gran trascendencia posterior.

 Los géneros vocales La ópera

Las corrientes humanistas buscaban una puesta al día del antiguo teatro griego, en particular el grupo conocido como Camerata Florentina, basándose al mismo tiempo en formas musicales recientes, como el drama litúrgico, el drama pastoral, las comedias madrigalescas con figuras de la commedia dell'arte y los intermezzi teatrales. Les interesaba sobre todo la antigua monodia helénica con acompañamiento de khitara. Vincenzo Galilei, padre de Galileo el astrónomo, escribió en 1581 un tratado contra el género musical polifónico neerlandés bajo el título Dialogo della Música Antica e della Moderna. Los géneros musicales recitativo, espressivo y representativo llevan a nuevas libertades en los medios sonoros empleados en las composiciones (disonancias y modulaciones).
Entre las primeras óperas conservadas se cuentan Dafne de Jacopo Peri, cuyo tema fue tomado de Las metamorfosis de Ovidio, Eurídice, también de Jacopo Peri y Orfeo de Claudio Monteverdi.
La evolución posterior y su fusión con otras formas músico-teatrales acabó convirtiendo a la ópera barroca en una representación teatral íntegramente musicada en la que se suceden números de cuatro tipos:
- Recitativos, en los que los cantantes hacen avanzar los diálogos de la obra dramática en un canto silábico apenas acompañado por el bajo continuo.
- Arias, verdadero núcleo musical de la ópera. Son números solísticos líricos y muy elaborados, a menudo virtuosos, al servicio del lucimiento del cantante y del puro deleite musical (aun a costa del decurso teatral, aquí suspendido). Hacia el final del periodo se impuso la forma A-B-A, llamada aria da capo.
- Números instrumentales ejecutados por la orquesta desde el foso, como la sinfonía inicial y, sobre todo, las danzas bailadas en escena.
- Coros, generalmente a cuatro voces.

El oratorio

Musicalmente casi idéntico a la ópera (aunque con más énfasis en los coros), solía tener una temática religiosa y no era representado escénicamente (esto es, era ejecutado al modo de las actuales "versiones de concierto"). A diferencia de la ópera, casi siempre en italiano, los oratorios solían escribirse en lengua vernácula. El más famoso ejemplo es El Mesías, de Händel

La cantata

La asunción de la monodia, el recitativo y el estilo concertante por la música de iglesia dio lugar a una nueva forma musical, la cantata, obra de uso litúrgico que intercalaba sinfonías instrumentales, recitativos, arias y coros. Se escribieron también cantatas profanas de cámara, como la muy conocida Cantata del café de Bach.

El motete

El motete es una forma musical ya marginal en el Barroco. La denominación se reserva para ciertas composiciones religiosas corales escritas a varias voces iguales, frecuentemente en un estilo obsoleto. En el siglo XVII mantuvo cierta vigencia en Alemania e Italia, y en el XVIII aún se usaba a veces la palabra para designar algunas cantatas de estilo concertante.

 Los géneros instrumentales

 El auge de la música instrumental

Este periodo vio aparecer la orquesta en el sentido moderno del término, y conoció la transformación de los instrumentos renacentistas hacia modelos dinámicamente más flexibles. Nacida durante el siglo XVI, la familia del violín (violines, violas, violonchelos) alcanzó su grado máximo de perfección constructiva en el XVII, hasta el punto de que entonces quedaron fijados los modelos que, en lo fundamental, han sido reproducidos durante los trescientos años siguientes, gracias a la labor de familias de artesanos como los Stradivari y los Amati. Paralelamente a ella sobrevivió a pleno rendimiento la fabricación de violas da gamba, extinguidas sin embargo hacia el final del periodo. Los instrumentos de madera fueron radicalmente transformados por la familia Hotteterre en la corte francesa de Versalles, apareciendo entonces el oboe, el fagot y la flauta travesera barroca.
La música instrumental, que en la época anterior dio el primer asomo en la música académica, tiene un auge sin precedentes en los siglos XVII-XVIII; por primera vez en la historia, la música vocal e instrumental están en plena igualdad. La música instrumental alcanzó su madurez: hay un gran florecimiento en géneros, técnicas, intérpretes y compositores que se acercaban a un profundo conocimiento de los instrumentos.
El cultivo de la música puramente instrumental llevó a un importante desarrollo de la técnica, al servicio de una fuerte expresión emocional. Se destacó el caso del violinista Arcangelo Corelli quien, según el testimonio de François Raguenet, cuando tocaba en público "perdía el dominio de sí mismo", tenía los ojos enrojecidos y, pese a todo esto, lograba expresarse a la perfección.

Sonata

Al igual que la palabra cantata designaba una composición para canto solista y bajo continuo, la palabra sonata designa en el Barroco una composición para uno o dos instrumentos de cuerda o viento (violín, flauta travesera, oboe...) y bajo continuo, dividida en tres o cuatro movimientos de carácter contrastante, habitualmente allegro-adagio-allegro (sonata da camera) o adagio-allegro-adagio-allegro (sonata da chies)a. Derivó de la canzona del Barroco temprano; la alternancia contrastante de movimientos sucesivos es paralela a la de la suite. Entre los más célebres autores de sonatas están Corelli, Vivaldi y Bach.
A mediados del siglo XVIII la palabra sonata designa también obras para tecla, tales como las más de quinientas sonatas para clave de Domenico Scarlatti.
 La triosonata o sonata en trío
La heredera del género polifónico renacentista y la principal forma de cámara del Barroco es una sonata para dos instrumentos agudos (frecuentemente violines), uno bajo, y el continuo, (el clavecín en la sonata da camera y el órgano en la sonata da chiesa) que era el encargado de completar las armonías, de modo que la triosonata requiere cuatro ejecutantes, pues la línea del bajo era interpretada por la viola de gamba, el bajón o un instrumento similar y el continuo doblaba esta línea y realizaba el "relleno armónico". Se destacan las obras de Corelli, Pergolesi, Sammartini, Händel, Buxtehude y Bach.

 El concerto grosso

A mediados del siglo XVII se convierte en el género instrumental más típico de la época. A diferencia de la música de cámara, cada parte es ejecutada por más de un instrumento, como ocurre típicamente en la orquesta. La ejecución a tutti alterna con pasajes a soli a la manera de la triosonata.
Importantes centros del género instrumental concertante son Módena, Bolonia y Venecia.

 reludios, tocatas, fantasías y fugas

Los preludios, fantasías o tocatas son piezas para un instrumento solista (generalmente de teclado) de carácter improvisatorio, y como tales de ornamentación cargada, forma indefinida y textura variable. Solían ir seguidos de una fuga (a 2, 3, 4 ó 5 voces).
Una fuga a dos voces significa que hay una voz con una célula (uno o dos compases) que crea un motivo (una melodía) y al cabo de un tiempo la otra voz lo imita. Una vez imitado, transpone (cambia de tonalidad), hace alguna variación o crea unas falsas repeticiones conocidas como puentes o colas (repetición de la célula sin hacer el motivo completo, sino que simplemente se repite la célula para cambiar, en la mayoría de los casos, de tonalidad). Si una fuga es a tres voces, pasa lo mismo, pero el motivo debe de repetirse tres veces (en voces distintas) y así sucesivamente (si es a cuatro voces, cuatro veces se verá el motivo...).

 La suite

Una suite es un conjunto de movimientos o piezas de danza agrupados.
La suite habitualmente tenía seis partes:
  • Allemande: danza alemana de compás cuaternario y tempo moderado.
  • Courante: movimiento que generalmente es un poco más rápido que el anterior, de compás ternario y frecuentes hemiolias.
  • Zarabanda: danza lenta de compás ternario que acentúa característicamente su segundo pulso, de origen español.
  • Giga: danza rápida en diversos compases de subdivisión ternaria, de origen irlandés.
  • Minué: obra parecida a un vals. La suite suele contener dos minués emparejados.
  • Rondó: pequeña obra basada en la repetición de un tema (A), con intrusiones de (B, C, D, etc.).
La música de las suites suele ser aristocrática, vigorosamente rítmica y melódicamente rica, uniendo la variedad y decoro italianos a la gravedad alemana.

Los compositores y sus países

En esta época, el compositor y/o músico no es considerado un artista como más adelante se le vería, sino que su imagen yace al nivel de un artesano o siervo. Este no gozaba de tanta libertad creativa, sino que su obra estaba adherida a la necesidad de satisfacer a un noble o mecenas. Ya para el Barroco tardío, la producción musical comienza a innovarse y a proponer nuevas formas.

[El Barroco alemán empezó con la figura de Heinrich Schütz (1585-1672), llamado el padre de la música alemana, el más notable en la primera mitad del siglo XVII alemán. Johann Hermann Schein (1586-1630), Samuel Scheidt (1587-1654) y Michael Praetorius (1571-1621), contemporáneos de Heinrich Schütz, también son bastante notables en esta época.

En la segunda mitad del siglo XVII, Dietrich Buxtehude (1637-1707) es el más sobresaliente, siendo en 1705 visitado por un joven Bach. Johann Pachelbel (1653-1706), Johann Jakob Froberger (1616-67) y Georg Muffat (1653-1704) destacan asimismo.
Al cabo entre los siglos XVII y XVIII, Johann Kuhna (1660-1722), Johann Joseph Fux(1660-1741), Johann Caspar Ferdinand Fischer (c. 1665-1746) y Georg Böhm (1661-1733) son los más prominentes.
El Barroco musical llegó a su máxima madurez y esplendor en la primera mitad del siglo XVIII con uno de los compositores más importantes de la música universal, Johann Sebastian Bach (1685-1750), que agotó todas las posibilidades de la música barroca. Su obra es la cumbre y ocaso de la música barroca, y marca el fin del periodo en Alemania y en Europa.
Reinhard Keiser (1674-1739), Johann Mattheson (1681-1764), Johann Adolph Hasse (1699-1783) y Carl Heinrich Graun (1703-59) junto con un joven Händel (1685-1759) -hasta que en 1712 se fue a Inglaterra- son los más destacables junto con Bach.
Georg Philipp Telemann (1681-1767), junto con Bach, es el músico más importante del Barroco tardío alemán, y marca igualmente el inicio de la transición de la música barroca hacia la música clásica de la segunda mitad del siglo XVIII en su país.

 Inglaterra

En Inglaterra el Barroco tarda en desarrollarse hasta la restauración de 1660, siendo John Blow (1649-1708) y su alumno Henry Purcell (1659-95) los más destacados e influyentes en la segunda mitad del siglo XVII.
En la primera mitad del siglo XVIII, Georg Friedrich Händel (1685-1759), desde su llegada en 1712 al país, es el más importante, destacado e influyente, siendo la cumbre del Barroco inglés y, junto con Bach, el más importante del Barroco tardío.
Después de Händel, la música inglesa vive un periodo de ocaso, aunque a mediados del siglo XVIII destacan Thomas Augustine Arne (1710-78) y William Boyce (1711-79), poniendo el punto final al Barroco inglés.

Francia

El género se consolida con Jean-Baptiste Lully (1632-87), un italiano de nacimiento, que introduce la ópera en Francia, siendo el más importante compositor nacional del siglo XVII en ese país. También sobresale en el mismo siglo Marc Antoine Charpentier (1640-1703), siendo el máximo rival de Lully.
Al cabo de los siglos XVII y XVIII, François Couperin (1668-1733) es el más importante, siendo una de las cumbres del Barroco francés. Louis Marchand (1669-1732) también destaca, teniendo en 1717 un duelo musical con Bach.
Jean-Philippe Rameau (1683-1764) es, junto con Couperin, la cumbre barroca nacional y el cenit del género francés barroco en la primera mitad del siglo XVIII, siendo en los últimos años testigo del cambio del Barroco al Clasicismo en su país.

 España

En España sobresalieron Gaspar Sanz, Juan Cabanilles, Antonio de Literes, el Padre Soler, Juan Hidalgo, Sebastián Durón, José Marín, José de Nebra,Francisco Corselli, José de Torres, Jaime Facco, Joaquín García de Antonioy Tomás de Torrejón y Velasco.
Por entonces vivieron en España, donde compusieron la mayor parte de sus obras, los italianos Domenico Scarlatti y Luigi Boccherini. Fue muy importante la actividad musical durante el reinado de Fernando VI, un gran amante de este arte. Por otro lado, la ópera no fue asimilada sino hasta el siglo XVIII. En su lugar se llevaron a cabo las zarzuelas.
En las colonias españolas en América también hubo actividad musical, principalmente en Perú con compositores -como el milanés Roque Ceruti-, Juan de Araujo, José de Orejón y Aparicio cantantes, instrumentistas. Mucha de esta música aún se conserva y ejecuta.



LIBRO HISTORIA DE LA MUSICA .PAGINA 1211. NUESTRA JOYA . J.G.&A.M.

miércoles, 2 de mayo de 2012

MUSICA DEL MEDIEVO

LA MUSICA MEDIEVAL

La música medieval comprende toda la música europea compuesta durante la Edad Media, etapa que comienza con la caída del Imperio Romano en 476 y que finaliza en el siglo XV, en 1453, con la caída de Constantinopla o en 1492 con el descubrimiento de América, ya que el fin de la Edad Media y el principio de la Edad Moderna es un límite difuso.
La única música medieval que puede ser estudiada es aquella que fue escrita y ha sobrevivido. Dado que la creación de manuscritos musicales era muy cara, debido al costo del pergamino, y la buena cantidad de tiempo necesario para escribir toda una copia, sólo las instituciones muy acaudaladas pudieron producir manuscritos que han sobrevivido hasta la actualidad. Entre esas instituciones generalmente están la Iglesia y las instituciones eclesiásticas, como monasterios, si bien algunas obras seculares también se conservaron en esas instituciones. Estas tradiciones manuscritas no reflejan mucho de la música popular de aquella era.

Historia

La música medieval está formada por dos periodos principales: el Románico y el Gótico.
Dentro de la música medieval se pueden distinguir diferentes fenómenos musicales, entre los que destacan el canto gregoriano, la música profana y la polifonía.
El canto gregoriano tuvo gran importancia, ya que es la única música conservada anterior al siglo IX. Era un tipo de música estrictamente vocal y a una sola voz, o, como mucho, con un acompañamiento a base de quintas paralelas. Pero fue como consecuencia de una serie de cambios económicos y por el nacimiento de las lenguas vulgares que surgió la música profana, en la que se podían expresar deseos y aspiraciones.
Los verdaderos protagonistas del nuevo estilo fueron los trovadores (langue d'oc o provenzal), los troveros (langue d'oil o francés antiguo) y los Minnesänger alemanes. Todos ellos eran poetas músicos que cantaban a todos los sentimientos humanos, siendo su temática principal, especialmente, el amor, la guerra y la naturaleza. Esta música se caracteriza por un ritmo mucho más marcado y variado que el gregoriano, y depende del estado de ánimo del autor (triste, alegre, amoroso, guerrero...). Se crearon nuevos tipos de danza, y lo más destacado fue el hecho de acompañarse con instrumentos musicales.

Transición de la Música Antigua a la Edad Media

El canto litúrgico viene de la tradición grecorromana debido a esto totalmente impregnado de la teoría musical de los griegos y de su filosofía. Por otra parte de la tradición hebrea, del canto y de las sinagoga. Surgen varios problemas:
  • El canto cristiano, se debe acoplar a los dos tradicionales, esto da lugar a contradicciones dentro del cristianismo a nivel teórico y filosófico. Había Padres de la Iglesia que consideraban la música demoníaca y ahí incluyen la música pagana, que para ellos es la que existía antes del cristianismo.
  • La música nueva cristiana que para ellos es «instrumento de salvación». Clemente de Alejandría (siglo II d.C.) hablaba sobre la música de los griegos diciendo que llevaba a la perdición. Para él la nueva música con los contenidos cristianos era salvación. Se refería al grado de armonía que reflejaba una música, la pagana y la cristiana. Mostraba el mayor grado de armonía de la nueva música. Esto nos pone en contacto con los pitagórico.
La música y el canto sacro gozará de aprecio sobre todo por su valor educativo al ser un instrumento de edificación religiosa. Con este enfoque el canto sacro asume la función de instrumento auxiliar de la oración con el sentido de volver esta más agradable.
Boecio elaboró el tratado de armonía titulado De institutione musica. Este texto tiene una gran trascendencia como fuente de conocimiento de las doctrinas griegas acerca de la armonía y por el influjo que ejerció sobre el pensamiento medieval. En esta época se dividía la música en tres géneros distintos:
  • La música mundana.
  • La música humana.
  • La música instrumental.
Esta división para Boecio no tiene un carácter religioso, sino que se apoya en la desvalorización del trabajo manual y de lo que depende de los sentidos.
  • La música mundana: es la que se refiere a la música de las esferas, identificándose con el concepto del sentido de armonía. Para Boecio ese “sonido” se identifica con armonía, y nosotros no podemos percibirla es porque somos imperfectos. Esta música mundana es la verdadera, y el resto lo es en tanto reflejo de esta última.
  • La música humana: Refleja a través de la unión armoniosa de las diferentes partes del alma, la unión de alma con el cuerpo, la música de las esferas. Esta música se comprende a través de acto de la introspección, todo aquel que se sumerge en sí mismo la entiende, ya que es una armonía psicofísica.
  • La música instrumental: Según Boecio el hecho manual de producir sonidos a través de los instrumentos no tiene valor alguno (soplar por un tubo, tocar una cuerda tensada...). La actividad manual ocupa el lugar opuesto de la actividad puramente intelectual. Pero no rechaza los sentidos, los considera necesario, ya que a través de ellos podemos hacer juicios.

Monodia religiosa

 El canto antiguo

La revolución espiritual de que se hicieron propagandistas los primeros apóstoles del cristianismo no se impuso sino lentamente. La religión cristiana fue adoptada por el Imperio Romano. Ya desde sus orígenes, su liturgia y su música estuvieron por la tradición judía, a la que vino a sumarse la influencia griega y romana. Las celebraciones religiosas de los primeros cristianos fueron poco a poco conformando un nuevo tipo de expresión musical austera, puramente vocal. Estos cantos litúrgicos tenían dos formas principales:
  • Responsorial: era una especie de estribillo en que los fieles respondían a cada versículo de un salmo entonado por un solista.
  • Antifonal: es una frase musical que introduce a un salmo cantado alternativamente, por dos coros que, al terminar el salmo, vuelven a cantar de nuevo la antífona todos juntos.
La rápida extensión del cristianismo dio una gran vitalidad a sus prácticas liturgias y muy pronto se incorporaron nuevos cantos, como los himnos, con texto en forma estrófica muy próxima ya al verso. Entre los creadores de himnos destaca de manera especial San Ambrosio, Obispo de Milán, a fines del s. IV.
El canto (canto llano) es una forma sagrada monódica que representa la música más temprana conocida de la Iglesia Cristiana. La tradición del canto de los salmos en las sinagogas, fue sin duda una fuerte influencia del Canto Cristiano. El canto se desarrolló separadamente en varios centros europeos. Entre los más importantes tenemos a Roma, Hispania, Galia, Milán e Irlanda. Este canto era desarrollado como forma de soporte a la liturgia regional usada cuando se celebraba la misa. Cada área desarrolló su propio canto y reglas de celebración. En España se usaba el canto mozárabe y muestra la influencia de la música del Norte de África. La liturgia mozárabe sobrevivió aún a la regla musulmana, no obstante que fue una corriente aislada y su música fue suprimida más tarde en un intento de reforzar la conformidad con la liturgia completa. En Milán el canto ambrosiano, nombrado por San Ambrosio, fue el estándar, mientras que el canto beneventano se desarrolló alrededor de Benevento, otro centro litúrgico italiano. El Canto gálico se usó en la Galia y el Canto celta en Irlanda y Gran Bretaña.
Alrededor del 1011 d.C., la Iglesia Católica Romana quiso estandarizar la celebración de la misa y los cantos. En esa época, Roma era el centro religioso de la Europa occidental y París era el centro político. Los esfuerzos de estandarización consistieron principalmente en combinar estas dos regiones litúrgicas (Romana y Galia). Este cuerpo de cantos llegó a ser conocido como Cantos gregorianos. Por el siglo XII y XIII los cantos gregorianos habían superado a todas las otras tradiciones de cantos occidentales, con la excepción de los cantos Ambrosianos en Milán y los cantos mozárabes en unas pocas capillas españolas.
La música más antigua de la que podamos tener experiencia directa, ya es el final de una larga evolución.
Los primeros textos descifrables y completos datan de mediados del siglo X, y una gran parte de las melodías que conocemos, fueron transcritas de manuscritos todavía posteriores (especialmente de los siglos XII y XIII) no obstante, hemos de pensar que muchas piezas debían de estar en uso desde hacía mucho tiempo cuando fueron notadas. Lo que la notación nos ha transmitido es, verosímilmente, una tradición establecida en los siglos VIII y IX, fortalecida por la autoridad imperial y pontificia: los redactores de los manuscritos con neumas no pudieron referirse sino a un estilo impuesto por la Iglesia, ya que el gusto juzgado por el emperador como “corrompido” debió de ser extirpado por todos los medios: este repertorio carolingio o romano galicano representa ya, sin duda, una cierta decadencia en relación con las melodías de “La edad de oro”. Es, sin embargo, de una riqueza extraordinaria, y aún habría de enriquecerse.
Salvo muy raras excepciones, los manuscritos anteriores al siglo XII, no nos han conservado sino música de iglesia. Ésta es la que está en el centro de la música musical y durante siglos será la fuente de toda inspiración melódica. No obstante, sólo los monjes que la practican constantemente, aprecian plenamente su diversidad y consagran a su descripción obras imponentes. Si el canto gregoriano nos parece uniforme, es porque estamos muy poco familiarizados con él. Sin embargo, podemos distinguir los estilos y las formas correspondientes a otros géneros. La clasificación que sigue es una presentación cómoda que de dicho canto hacemos, y que no indica ningún orden cronológico ni una progresión cualitativa.

 Los cantos de la misa

  • Recitativos: reservados a los sacerdotes. Con frecuencia muy bellas en su sencillez, tienen un origen muy antiguo y, probablemente, han conservado lo esencial de su aspecto primitivo.
  • Cantos del ordinario: por el coro de los fieles o por la “schola”.
  • Aclamaciones: por el coro de los fieles, probablemente espontáneas al principio, y muy sencillas, fueron refinándose y se hicieron rituales.Piezas de origen salmódico
  • Responsos: estribillos y estrofas con los que la coral responde a los versículos del salmo, cantados por el solista. Primitivamente breves, silábicos e inseparables del salmo, los responsos se han convertido en grandes piezas con vocalizaciones, generalmente en tres partes (estribillo, uno o varios versículos del salmo, estribillo).
  • Antífonas: estribillos silábicos introducidos en el canto alterno de los salmos, como preludio, postludio e interludio. Dos semicoros cantan los versículos alternativamente (antífonas) y se unen para cantar la antifonía.
  • Tractos: salmos, o fragmentos de salmos cantados de un tirón, sin repetición alguna ni estribillos, sólo para el solista. Son piezas ornamentales con ricas vocalizaciones, que se sitúan entre las lecturas de la misa, principalmente durante el tiempo pascual.

 Piezas versificadas

  • Himnos: primitivamente en prosa, en una forma análoga a la de los salmos; luego en verso, a partir de San Ambrosio, estas piezas estróficas constituyen un repertorio artístico heterogéneo, cuyo éxito en la cristiandad fue considerable.
Más tarde se consideraron himnos unos cantos religiosos (y también profanos) consagrados a la alabanza, sin ninguna relación con los himnos “ambrosianos” o “gregorianos”.
Piezas derivadas de los tropos. Una curiosa iniciativa, aparentemente sin consecuencia, fue el origen de un maravilloso enriquecimiento del repertorio, e incluso contribuyó en forma importante a la orientación de la música occidental. Hacia mediados del s. IX, los monjes de Jumieges comenzaron a introducir poemas nemotécnicos en las largas vocalizaciones de los aleluyas, a razón de una sílaba por cada nota, para ayudar a los cantores a recordar las células melódicas sucesivas. Por supuesto, tales poemas habían de mantenerse sobre entendidos, pero era necesario cantar primero varias veces las vocalizaciones “con las palabras” para aprendérselas y, al parecer, ¡le tomaron el gusto al recurso!
  • Música profana: podemos asombrarnos de que los largos siglos de historia musical, en el curso de los cuales adquirieron tal perfección las melodías litúrgicas, no nos habían transmitido testimonios de una música profana. Ciertamente, que los tiempos no fueron propicios, fuera de los muros monásticos para el desarrollo de un arte refinado: invasiones, pillaje, guerras, epidemias, formaron durante largo tiempo el telón de fondo de la vida cotidiana. Pero, sobre todo, las función esencial de la música era la alabanza divina. La supremacía cultural de la Iglesia, especialmente de las abadías, estaba garantizada por el irrisorio nivel de alfabetización, y, bajo los carolingios, por el apoyo del poder político. Preocupada por conservar la pureza de un arte de esencia religiosa, la Iglesia no cesaba de condenar todas las reformas de música profana.
Gran recodo de la Edad Media, la caída de los carolingios (987) coincide con el alba de la nueva cultura. Es el tiempo en que la música “culta” occidental sucede a las tradiciones musicales antiguas.
Hasta el siglo XIX, se negaron a mirar, a escuchar y a comprender lo que pudieron ser esos siglos desconocidos: Rousseau no vio en las catedrales sino “restos de barbarie y de mal gusto”, y Hugo quiso persuadir a sus contemporáneos de que la música data de Palestrina… Hasta el último cuarto del siglo XIX no se descubría la música de la edad media.

 El canto gregoriano

Hasta el siglo X la música europea, como la música de otras culturas, era fundamentalmente monódica, es decir, de una sola línea melódica en la que no interviene para nada la armonía sin acompañamiento de instrumento, el ritmo del canto gregoriano es libre, no sometido a la rigidez métrica del compás.
Desde el s. VII hasta el XVI el canto gregoriano fue el tipo de música más importante en el mundo occidental. En estos mismos siglos se fue constituyendo y seleccionando un repertorio que, en honor a su primer recopilador, el Papa Gregorio I (San Gregorio Magno), se llama canto gregoriano. Este papa comienzó una reforma de la liturgia romana y también recopila y ordena todas las melodías religiosas existentes hasta entonces para darles una configuración más sencilla o llana. En el s. XI se establecieron las reglas de su escritura musical (notación: Los signos conocidos con el nombre de neumas eran los que indicaban la altura de los sonidos que evolucionaron a lo que hoy conocemos como las notas. Con el tiempo empezó a utilizarse un tetragrama que evoluciono al pentagrama) y durante el s. XII y XIII se enriquece con nuevas aportaciones a partir de esa época, al contacto con la música extralitúrgica y profana, cada vez más progresiva, se inicia un largo declive, que acaba en nuestros días acaba por desaparecer prácticamente de nuestra liturgia.
Puede ser de dos tipos:
  • Silábico: si canta una nota en cada sílaba del texto.
  • Melismático: cuando cada sílaba del texto está adornado por varias notas distintas, a veces muy numerosas.
El canto gregoriano se caracteriza por diversos aspectos:
  1. El canto litúrgico o gregoriano es la música oficial de la Iglesia Romana.
  2. Es un canto monódico.
  3. Su letra está en la lengua oficial eclesiástica: el latín.
  4. El ritmo no tiene una pulsación predeterminada ya que los acentos rítmicos son los naturales del texto.
  5. Se canta a capella.
  6. Su sistema musical es de 8 modos gregorianos o eclesiásticos y éstos provienen de los modos griegos.
  7. En su interpretación solo pueden intervenir voces masculinas.
  8. Su finalidad es destacar aún más la oración.
  9. Su origen está en los primeros cristianos.
  10. Es la música del Románico.

Tropos y secuencias

  • Secuencia: las secuencias evolucionaron a partir del canto gregoriano. La necesidad de recordar los largos melismas de determinadas piezas hizo que hacia el s. IX en los monasterios franceses de San Marcial de Limoges y de Saint Goll se rellenasen esos largos vocalizaciones con textos inventados de manera que correspondiesen una sílaba a cada nota musical. Esto, además de ayudar a la interpretación musical, buscaban una cierta calidad musical rítmica, y esto supuso un estímulo para la invención práctica y musical, no tardando en adoptar textos en lengua vulgar y, finalmente, independizarse de su origen.
  • Tropos: al mismo tiempo sucedió que en otros cantos distintos del aleluya, se fueron intercalando fragmentos melódicos inventados, ajenos al repertorio original gregoriano, llamados tropos (del latín tropare = inventar). Estas melodías con frecuencia llevaban un texto en lengua vulgar que explicaba determinados pasajes evangélicos. Para la composición de los tropos se debieron utilizar melodías de carácter popular. Esto significa un paso decisivo en la música medieval que se desgaja del tronco gregoriano.

 Monodia profana Los trovadores

 
Guillermo de Poitiers.
Los trovadores pertenecían a una clase social elevada e insistían en distinguirse de los juglares, considerándoles de peor condición. Generalmente los trovadores componen y cantan sus propias obras, mientras que el juglar sólo interpreta porque no tiene formación ni facultades para componer. Su actividad surge en el sur de Francia (Provenza) y suroeste (Aquitania) cuyo centro cultural es San Marcial de Limoges  precisamente el trovador más antiguo conocido es Guillermo IX de Poitiers, Conde de Aquitania (1086-1127), en la zona provenzal destacan Peire Vidal, Guerau de Cabrera, Raimbaut de Vaqueiras entre más de cuatrocientos conocidos.
En cuanto a las temáticas sobre las que cantan los trovadores son muy variadas: canciones de gestas, heroicas, amorosas, de carácter político, moral, satírico, piadosas, cantos fúnebres y otras muchas. Musicalmente, las formas son también de gran diversidad, destacándose el rondeau (alternancia de coplas y estribillo), virelai (en que el estribillo no interrumpe el desarrollo de las estrofas), balladde (estribillo alternante cada tres estrofas) etc.
Aunque el ciclo trovadoresco alcanza su apogeo en la segunda mitad del siglo XII tiene importantes cultivadores en el siglo XIII, como el catalán Giraud Riquier o el francés Adam de la Halle. Los trovadores del norte de Francia se llamaban troveros, y los alemanes Minnesänger que significa cantores de amor. Los trovadores se muestran muy audaces en la invención de sus melodías, definitivamente aportada ya de sus originales modelos litúrgicos. Como ya no utilizan textos en prosa latina, sino en verso romance, la rítmica de sus obras ya no se basa en la cantidad métrica de cada sílaba; esto hace desarrollar ciertas fórmulas rítmicas, entre notas largas y breves, que tendrán gran repercusión en la música polifónica.

 Los juglares

 
Juglares representados en las Cantigas de Alfonso X el Sabio.
Los juglares, perseguidos constantemente por la Iglesia, son personajes errantes que van de aldea en aldea, de castillo en castillo, asombrando y divirtiendo a un público analfabeto. Herederos de los mimos y joculatores de la Roma clásica y pagana, mitad poetas y mitad saltimbanquis, mezclan en sus actuaciones la declamación y el malabarismo, la música y la sátira, la lírica y las gestas épicas. Ellos son los únicos transmisores de la música popular no litúrgica, pero enseguida con los procedimientos más avanzados del canto eclesial y novedades surgidas de la poética de tropos y secuencia.
Aparte de las habilidades circenses, los juglares en general se acompañaban con instrumentos musicales prohibidos por la Iglesia a causa de su antigua vinculación a la vida pagana. Había juglares de muy diferentes tipos y calidades, desde los más simples y vulgares llamados Cazurros o Remedadores hasta los más pulidos en el arte, muy próximos o confundidos con los trovadores.
A veces eran clérigos, personas de cierto nivel cultural que habían abandonado la vida religiosa y vagabundeaban de un lado a otro intentando sacar partido de su superioridad cultural, eran los llamados goliardos (por el obispo Golias personaje que se cree que inventó este oficio) cantaban y recitaban en latín y en lengua vulgar, en su repertorio figuraba la poesía más refinada o dramática junto con las canciones al vino, a las mujeres, contra los eclesiásticos y un sinfín de cosas curiosas, según podemos ver en algunos códices que contienen sus obras, como los de Ripoll o los conocidos Carmina Burana (canciones del Monasterio de Beuren, en Alemania).

Polifonía

Hasta el siglo IX toda la música practicada en Europa es monódica. Pero a partir de ese momento va a surgir un nuevo procedimiento revolucionario: la polifonía. Mientras que la monodia continuará practicándose aún durante siglos, y con excelentes resultados artísticos, la polifonía emprenderá un desarrollo acelerado en que los hallazgos se van sucediendo unos a otros perfeccionándose a cada generación de músicos hasta llegar al siglo XVI en que culmina de forma gigante con figuras como Giovanni Pierluigi da Palestrina, Tomás Luis de Victoria y Orlando di Lasso.
La polifonía es el arte de combinar sonidos y melodías distintas y simultáneas. Un ejemplo de polifonía en el siglo IX fue el organum. Al principio la polifonía se producía automáticamente cuando cantaban juntos hombres y mujeres: se produce una melodía formada por una voz grave y otra aguda a distancia de una octava. Inmediatamente se superó el simple paralelismo, haciendo corresponder con cada nota de la melodía original otras distintas, a veces por movimientos paralelos y otras por movimientos contrarios. Ese procedimiento se llamó también diafonía y discanto.
Las melodías que se tomaban para estas nuevas experimentaciones era de carácter litúrgico, extraídas comúnmente de los tropos por ser estos inventados de nueva creación no pertenecientes al repertorio gregoriano antiguo, más severo en su interpretación para la que la iglesia no admitía la práctica polifónica aunque, cada vez más, esta iba ganando terreno.
A pesar del enorme avance que esta manera de hacer música significa, el organum en sus formas más simples que hemos mencionado, una quedándose anticuado y otra evoluciona hacia un estilo más libre.

Ars Antiqua

 
Leonin.
Se llamaba Ars antiqua a la forma de hacer música de los siglos XII-XIII, en los que se parte de los primeros ensayos polifónicos y se enriquecen hasta sentar las bases de la polifonía en su etapa de plenitud.
Sus más destacados representantes aparecen en torno a la llamada Escuela de Notre-Dame de París y son Leonín, organista de Notre-dame, y su sucesor Perotín.
La melodía litúrgica (vox-principalis) pronto pierde importancia con respecto a la melodía añadida (vox-organalis) que ahora ocupa el lugar más agudo. Finalmente, la vox-principalis deja de ser de origen litúrgico, admitiéndose la invención libre.
Una novedad es el organum melismático, en que la vox-principalis se fragmenta en cada una de sus notas, que adquieren una duración larga; sobre ellas se aplica una segunda voz en notas breves que florean sobre la primera con gran soltura.
Leonín trata con gran elegancia y libertad los melismas, e introduce con maestría el uso de ritmos flexibles, alternando notas largas y breves en la vox-principalis, que empieza a perder su rigidez.
La generación siguiente en los principios del s. XIII tiene su máximo representante en Perotín, discípulo del anterior. Partió de la obra de su maestro y la relaboró experimentando nuevos tipos de composición para tres o cuatro voces.

 Ars nova francés

 
Página del tratado Ars Nova escrito por De Vitry.
El Ars nova fue una corriente musical del siglo XIV que nació como contraposición al estilo anterior (Ars antiqua). Los ritmos, temas y las melodías se vuelven más variadas. La música iba adquiriendo cada vez más complejidad en los ritmos y en las voces obligando a replantear y modificar con frecuencia las normas de su elaboración.
Philippe de Vitry escribió en los primeros años del siglo XIV un tratado sobre cuestiones de notación musical donde exponía los últimos adelantos en ese terreno; su título Ars Nova, ha servido a la ciencia musical moderna para llamar así a la música del s. XIV.
El exponente más importante de esta corriente artística es Guillaume de Machaut ( 1300-1377), poeta y cortesano que difundió su estilo hábil y refinado. Compuso numerosos motetes, canciones y ballades a las que introduce grandes libertades e innovaciones técnicas. Su obra más interesante es la Misa de Notre-Dame, la primera que tiene auténtica unidad formal y en la que se relacionan los componentes rítmicos, melódicos y tonales buscando un efecto de conjunto perfectamente planificado.
La preocupación principal de los músicos del Ars nova era la medida y el ritmo de sus composiciones; la atrevida combinación de esos aspectos dio lugar a obras de gran complicación.
Francia sigue siendo durante el siglo XIV, igual que en la anterior época el foco de mayor interés musical; Desde allí su influencia se irradia a Inglaterra, España y Alemania. En Italia, por el contrario, se practica una música menos contrapuntística en la que predomina más el carácter melódico en un género propio: el madrigal menos alejado de las formas populares y en él destacó el organista Francesco Landini (1325-1397).

 Trecento italiano

 
Ilustración del Codex Squarcialupi, mostrando a Francesco Landini tocando un órgano pórtatil.
Mucha de la música del Ars nova tiene un origen francés; no obstante, el término es comúnmente aplicado a toda la música del siglo XIV, especialmente para incluir la música secular en Italia. Por eso, este período es en ocasiones conocido como Trecento.
La música italiana ha sido siempre conocida por su carácter lírico o melódico, y esto en muchos aspectos viene desde el siglo XIV. En esta época la ejecución de música profana italiana (conforme a lo poco que sobrevive de la música litúrgica, es muy similar a la francesa excepto por unas pequeñas diferencias en la notación) que ha sido llamado el estilo cantalina, con una voz alta soportada por dos voces (o inclusive una sola ya que una gran cantidad de la música italiana del Trecento es para dos voces solamente) que son más regulares y de movimientos lentos. Este tipo de textura musical permanece también en las ejecuciones de la música italiana en los géneros seculares tan populares en los siglos XV y XVI, y fue una importante influencia en el eventual desarrollo de la textura de los tríos que revolucionó la música del siglo XVII.
Existieron tres formas principales para las obras seculares en el Trecento.
  • El madrigal es una de estas formas, que no es aquella misma que aparece 150 a 250 años después, pero con una forma como de verso/refrán. La stanza de tres líneas, cada una con diferentes palabras, alternadas con un ritornello de dos líneas, con el mismo texto en cada aparición. Quizás podríamos ver las semillas del ritornello del Renacimiento tardío y del Barroco en estos arreglos. También regresan una y otra vez, reconocibles en cada ocasión, en contraste con las secciones dispares que la rodean.
  • La caccia ('caza'), es otra de estas formas, que fue escrita para dos voces en un canon al unísono. Algunas veces, esta forma ejecutaba un ritornello, el cual estaba ocasionalmente en un estilo canónico. Usualmente, el nombre de este género proveía un doble significado, dado que el texto de la caccia fue referente en primer término a la cacería y a actividades al aire libre, o al menos a escenas llenas de acción.
  • la batalla fue la tercera forma principal, la cual fue un equivalente grosso modo al virelai francés.
Entre los manuscritos italianos que sobreviven de esa época incluyen el Codex Squarcialupi y el Codex Rossi.
Los compositores que sobresalieron en este periodo son, entre otros, Francesco Landini, Gherardello da Firenze, Andrea da Firenze, Lorenzo da Firenze, Paolo da Firenze (Paolo Tenorista), Giovanni da Firenze (también conocido como Giovanni da Cascia), Bartolino da Padova, Jacopo da Bologna, Donato da Cascia, Lorenzo Masini, Niccolò da Perugia, y Maestro Piero.

 Manierismo y Ars subtilior

 Teoría y notación

La teoría musical griega, heredada por Roma, fue el punto de partida de la especulación musical medieval a través de los últimos escritores vinculados al antiguo mundo clásico, Boecio (480-524) y Casiodoro (477-570) que fueron, con los traductores árabes, quienes introdujeron la teoría musical griega en nuestra Edad Media.
La escritura musical era alfabética en época griega y romana. Pero en la Edad Media se abandonó este tipo de notación por otra llamada neumática, que aparece en el siglo IX. Los neumas son unos signos valorados sobre cada sílaba de las palabras que conforma el canto. No expresan con exactitud ni la duración ni la altura precisas de cada sonido, sino que intentaban dibujar la marcha de la melodía sirviendo tan solo como recordatorio de las diferentes melodías ya conocidas por quienes leían esa música, pues no en vano los cantores dedicaban doce años de su vida a aprender los repertorios.
El erudito español San Isidoro de Sevilla (560-636) contemporáneo del Papa Gregorio I dedica a la música una parte de su monumental obra las Etimologías. Refiriéndose al problema de la notación dice: «Los sonidos mueren, pues no pueden escribirse».
En el siglo X otro teórico Hucbaldo (840-930) decidió escribir varias líneas horizontales superpuestas, de manera que a cada una correspondía una nota musical. El texto, en lugar de escribirse abajo, se dividía en sílabas y cada una iba escrita en la línea que señalaba su altura de entonación. Este fue el origen remoto de la pauta musical, que aún hoy se emplea con cinco líneas, aunque en aquella época las líneas fueron apareciendo progresivamente primero una, luego dos, luego cuatro,…, hasta ocho o nueve.
Guido de Arezzo (995-1050) dio valor tanto a las líneas como a los espacios entre ellos con lo que se economizaban espacio. En lugar de poner las sílabas del texto en la pauta puso neumas o signos musicales que los representaban. También dio un nombre a cada nota de la escala. Utilizaba el himno de San Juan Bautista y llamó a cada una de las notas con la primera de cada verso.
Por otra parte, se mantuvo un sistema de referencias alfabéticas, con las siguientes correspondencias que sigue vigente hoy en día, en países de habla alemana e inglesa.
Los teóricos del Ars antiqua se preocupaban por encontrar una escritura que satisficiese las crecientes exigencias de una polifonía que se desarrollaba con gran rapidez. Entre ellos hay que destacar a Pierre de la Croix, Jean de La Garlande y Franco de Colonia, quienes codifican esos escritos de la ciencia musical de sus contemporáneos y fijan las normas que habían de servir, un siglo después a los músicos del Ars Nova.
Los teóricos del siglo XIV Philippe de Vitry, Jacobo de Lieja y Johannes de Muris, comprendían lo enunciado por los anteriores teóricos y perfeccionan un sistema de escritura que consiste en dar a cada nota un valor fijo en relación con las demás, de manera que al superponerse las voces podamos fijar con precisión la duración de cada nota y hacer coincidir las notas con las demás voces. Esto es lo que se llama notación mensural, o sea, con indicación estricta de la duración de las notas según el dibujo de la figura. Este sistema pervive hasta nuestros días con muy escasas modificaciones; sus principales figuras en el siglo XIV eran:
  • La Maxima o Duplex longa
  • La Longa
  • La Brevis o Breve (la actual cuadrada)
  • La Semibrevis o Semibreve (la actual redonda)
  • La Minima (la actual blanca)
  • La Semiminima (la actual negra)

 Géneros y formas musicales Música vocal

Al comienzo de esta época, la música era monódica y monorrítmica en la que aparece un texto cantado al unísono y sin acompañamiento instrumental escrito. En la notación medieval antigua, el ritmo no puede ser especificado, si bien la notación neumática puede dar claras ideas de fraseos, y otras notaciones posteriores indican el uso de modos rítmicos. La simplicidad del canto, con la voz al unísono y la declamación natural es muy común. La notación de la polifonía se va desarrollando, y su asunción significa que las primeras prácticas formales se inician en ese periodo. La armonía, con intervalos consonantes de quintas justas, octavas (y después, cuartas justas) comienza a escribirse. La notación rítmica permite complejas interacciones entre múltiples líneas vocales de un modo repetible. El uso de múltiples textos y la notación del acompañamiento instrumental se desarrolla al fin de la era.
  • El organum, hacia el siglo XII era una pieza musical litúrgica en la que cada nota de un canto era mantenido en valores largos por una voz, mientras que una, dos o tres voces cantaban embellecimientos sobre ella. Otra definición más clara es: forma primitiva de polifonía medieval consistente en superponer de manera contrapuntística una o más voces a la melodía, tomado de los cantos gregorianos. Es una de las primeras manifestaciones polifónicas que encontraremos en la música occidental (la polifonía es "música vocal o instrumental a dos o más voces"). Se confeccionaba tomando una melodía gregoriana ya existente, con dos voces superpuestas, de movimiento paralelo.
  • El conductus es una pieza de carácter semilitúrgico que en principio se cantaba para acompañar o conducir a un personaje. En su elaboración polifónica, la melodía fundamental es la más grave: el tenor, la que sostiene a las otras voces que cantan el mismo texto todas a la vez con el mismo ritmo.
  • El motete es una forma polifónica y politextual que comienza siendo litúrgica y luego profana. El motete es de gran importancia porque representa la evolución de la polifonía y de la notación musical. Procede del organum melismático. Perotín en su organa compuso una unas serias de vocalizaciones finales (cláusulas) sobre determinados fragmentos de las melodías litúrgicas que usaba como "vox principalis". Si esos fragmentos del tenor (que a veces no tienen más texto que una o dos palabras) se estructuran en un ritmo riguroso y a las vocalizaciones de la "vox organalis" se le pone un texto propio, tendremos ya un motete; motete, propiamente dicho, se llamaba a la voz que floreaba con ritmo libre sobre el rígido esquema rítmico del tenor, pues mientras éste sólo tenía algunas sílabas de texto para cantar, aquella lo hace con muchas palabras (mots, motets = palabras). El tenor, a veces, era tocado con un instrumento en lugar de ser cantado; si el motete era a dos voces se convertía así en una melodía vocal acompañada por un instrumento, y si era para más voces, estas competían entre sí con toda libertad rítmica y melódica sobre la base instrumental de la voz más grave. Desde el Ars Nova, la introducción de tenores que no procedían directamente del repertorio litúrgico sino que eran canciones populares significó la conversión del motete en una de las más importantes formas de la música profana, aunque muchos grandes músicos siguieron cultivándolo con sentido religioso. Ea libertad y el estímulo de invención que supone la práctica del motete es uno de los más fecundos hallazgos de toda la historia de la música.
  • El hoquetus es una forma musical propia del Ars Nova francés del s. XIV en la cual tres voces realizan un contrapunto sobre una voz grave.
  • El canon está basado en el principio de imitación, consistiendo en una repetición literal de una melodía que se acompaña a sí misma pero desplazada en el tiempo. El más antigua de los conocidos es el inglés "Summer is icumen in" (Llega el verano), de finales del siglo XIII, cuya melodía podía cantarse hasta a seis voces.
  • El madrigal italiano empieza siendo un tipo de motete en que se concede especial atención a la melodía de la voz superior.

Música instrumental

La danza, muy apreciada tanto en los más refinados ambientes como en las celebraciones populares, fue un factor determinante en el proceso que antes analizamos consistente en fijar ciertas melodías según esquemas rítmicos. Además de la evidente influencia en términos como la ballata o balada trovadoresca, tuvieron gran popularidad las estampies y los saltarellos. Hay tipos de danza religiosa, vinculados a las representaciones teatrales que se hacían en las iglesias sobre la Pasión, la Navidad, etc.; en España se ha mantenido la tradición del Canto de. la Sibila. También danzaban los peregrinos que iban en romería, algunas de cuyas piezas se conservan en el Llibre Vermell de Montserrat.
No conservamos especificaciones concretas que nos digan si tal o cual obra ha de ser cantada o tocada también con instrumentos, y menos sabemos qué tipo de instrumentos deben tocarse. Sin embargo, está fuera de toda duda que la música de este período, aunque escrita para voces, podía tocarse también con acompañamiento instrumental; y no sólo la música profana, sino también buena parte de las composiciones religiosas.
Desde luego, está claro que la música de danza exigía participación instrumental y, por otra parte, son numerosos los testimonios tanto iconográficos como literarios que nos dan noticias de la presencia instrumental en la música de la época. De los primeros tenemos muestras muy abundantes en la arquitectura: los pórticos de iglesias y catedrales tanto en el románico como en el gótico están rodeados de músicos con sus correspondientes instrumentos, entre los que destaca el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
En este período, tras el despegue operado en la época inmediatamente anterior, se había llegado a una gran proliferación de instrumentos y variantes. Podemos estar seguros de que el uso de tales instrumentos fue muy abundante, aunque no había nada que se parezca a nuestras actuales orquestas. Los conjuntos eran muy reducidos, de una docena de músicos en los casos más excepcionales, y corrientemente sólo tres o cuatro, a veces menos.
En la iglesia se admitía solamente el órgano, pero las nuevas composiciones religiosas polifónicas facilitarían la introducción de otros instrumentos para acompañar o sustituir a las voces: violas, flautas, chirimías, etc. Trovadores y juglares tañían laudes, arpas, salterios, gaitas y, desde luego, variedad de panderos, sonajas, tamboriles, etc. Para las celebraciones públicas y las fiestas al aire libre se va perfilando un conjunto característico llamado de "música alta" por la potencia y brillantez de su sonido, compuesto de trompetas, chirimías y bombardas.
Conviene, finalmente, destacar la influencia de los musulmanes, sobre todo en su aportación en cuanto a instrumentos se refiere.

Organología medieval

Muchos de los instrumentos usados en la época medieval perviven aún hoy día con algunas variaciones. Los principales instrumentos conocidos en la Edad Media todavía se usaban en los tiempos de los capetos; otros aparecieron después del siglo X.

 Instrumentos de cuerda

La música medieval utiliza muchos instrumentos de cuerda, tales como el laúd, la guitarra morisca o mandora, la guiterna y el salterio. Los dulcémeles, similares en estructura a los salterios y cítaras, que eran originalmente punteados.
  • El rabel, era un instrumento medieval cordófono de tres cuerdas, tocado con arco. Su caja de resonancia tenía forma de pera y en ocasiones alargada. El mástil era corto y el clavijero a veces estaba inclinado hacia la derecha, hasta adoptar finalmente forma de hoz. Se introdujo en Europa durante el siglo X desde el mundo árabe.
  • El dulcimer, era un instrumento similar al salterio, cuyas cuerdas solían aparecer en órdenes de dos a cuatro. Se tocaba percutiendo las cuerdas con unos macillos de madera.
  • La fídula, era un instrumento medieval de cuerda frotada con cuerpo oval o elíptico, tapa armónica plana y clavijeros normalmente en forma de disco.
  • Arpas, liras y salterios: Las denominaciones medievales son con frecuencia muy confusas. Las palabras cythara, rote, rotta o chrotta pueden designar un arpa, una lira con arco, un salterio. Sucede que la lira se bautiza como arpa o psalterium o que el monocordio «tiene 19 cuerdas». No obstante, la iconografía permite distinguir tres tipos de instrumentos de cuerda sin mástil o mango, y otro instrumento especial:
  • Las arpas se reconocen por su forma aproximadamente triangular y por sus cuerdas de longitud desigual, tensas en un plano perpendicular al cuerpo sonoro, entre éste y una consola que lleva las clavijas. El arpa pequeña portable y sin duda venida de Irlanda con los monjes irlandeses, todavía es el emblema heráldico de este país. Desde el siglo IX los juglares acompañan con ella sus relatos y la nueva nobleza feudal aprende a tocarla. Pero, a pesar de su contínua aceptación, no parece que el arpa haya suscitado un repertorio específico antes del siglo XVI.
  • Las liras se asemejan a las cítaras antiguas hasta el siglo XI. Las cuerdas de igual longitud, se tensan entre un clavijero y una consola transversal paralelamente al cuerpo sonoro. La lira y el arpa están claramente diferenciadas en un manuscrito del siglo XII, en la que el arpa se llama cythara anglica y la lira cythara teutonica.
  • El salterio, que aparece en el siglo XII, en una escultura de la catedral de Santiago de Compostela, se compone de una caja de resonancia, plana, de forma generalmente trapezoidal, sobre la que se tensa un número de cuerdas muy variables, de longitudes desiguales.
  • El monocordio se menciona con frecuencia en la Edad Media. En su origen, es un intrumento científico, destinado a la evaluación de los intervalos. Un caballete móvil que se desplaza a lo largo de una escala graduada permite medir la longitud de la cuerda que corresponden a los diferentes sonidos para una misma tensión.
 
  • Laúdes, guitarras y violas: Los instrumentos de cuerdas con mástil existen en Europa desde la Alta Edad Media. Sus denominaciones se confunden a menudo con las correspondientes a instrumentos sin mástil, en el mismo desorden y la misma imprecisión. La iconografía sigue siendo la mejor fuente de información:
  • El laúd, en la forma que el renacimiento hizo famoso, no fue introducido en Europa sino hasta el siglo XII. Lo introdujeron los moros con su nombre árabe.
  • La guitarra, curiosamente, ha tomado su nombre de instrumento de la antigüedad que no tenían mástil. Desde el siglo XI o el XII se presenta bajo dos formas: la guitarra morista, que Machaut llama “moracha” y no es otra cosa que un laúd o una bandola, y la guitarra latina, que es aproximadamente la guitarra que nosotros conocemos.
  • El organistrum es una especie de viola en la que el arco está reemplazado por una rueda que frota las cuerdas por acción de una manivela. Las cuerdas se acortan no con los dedos directamente, sino con un teclado. Es el instrumento que hoy se llama "viola de rueda" o zanfona y que pertenece al folclore desde el siglo XVII.

 Instrumentos de viento

Guillaume de Machaut distingue en el siglo XIV dos tipos de flauta: las traversas y «en las que tocas recto cuando soplas». Pero no parece ser que, en Europa, las flautas fueron rectas hasta el siglo XII. La flauta travesera vendría como entonces, de Oriente. Una pequeña flauta recta llamada flajo o el flaihutel se tocan en asociación con un tamboril o tabor, por un solo ejecutante, como todavía se practica hoy en Provenza o en el País Vasco. Las flautas se hacían de madera más que de plata u otro metal, y podían tocarse desde un costado o desde el extremo. La flauta dulce, por otro lado, ha conservado más o menos su forma. El Gemscorno se parece a la flauta dulce en que tiene orificios para los dedos en su frente, aunque pertenece en realidad a la familia de la ocarina. Uno de los predecesores de la flauta, la zampoña o flauta de Pan gozó de gran popularidad en el medievo y es posiblemente de origen helénico. Los tubos de este instrumento estaban hechos de madera, graduados en longitudes diferentes para producir diferentes tonos.
  • Los instrumentos con estrangul o boquilla (generalmente de doble lengüeta, como el oboe) están representado por los caramillos, las bombarda (una quinta más graves) y las dulzainas, de tubo más estrecho y timbre velado.
  • Los instrumentos de las familias de los cuernos y de las trompetas son, en general, instrumentos guerreros. El olifante, cuyo uso duró un poco más de dos siglos, es un cuerno tallado en un colmillo de elefante (de donde su nombre, por aproximación fonética). El instrumento que Dante llama trombetta es una pequeña trompa, una pequeña bocina, una trompeta. Las cuatro tubae y la tubecta de plata que se hizo hacer Federico II en Italia (1240) son probablemente instrumentos del mismo tipo, uno y otro inspirado también libremente en la tuba y la buccina latinas. Dersde el siglo X se utilizaron igualmente instrumentos cónicos, de cuernos de animal o de madera, provistos de una embocadura de cuerno y perforados por orificios, como el caramillo: son las cornetas, llamados también cornetas con boquillas, del nombre que se llama a su embocadura.
  • Órganos: el primer centro de fabricación de órganos en la Edad Media fue Bizancio y allí sin duda se construyeron los primeros órganos neumáticos, que sustituyeron a los hidráulicos. Al menos, un instrumento de este tipo está representado por primera vez en un obelisco bizantino. Desde Constantinopla se exportan los órganos a todo el imperio e incluso a Oriente. En adelante, se fabrican en Occidente. En España desde el siglo V y en Inglaterra a partir del año 700. La ejecución de estos instrumentos era bastante rudimentaria. Una serie de tablillas correderas, que servía de teclado, permitía introducir el aire de una máquina neumática en los tubos de cobre o de bronce perpendiculares con teclas corredizas. Cada tecla podía hacer hablar a uno o varios tubos simultáneamente. Al menos desde el siglo X hubo órganos de pequeñas dimensiones "positivos" (para poner sobre un mueble); en el siglo XII se construirán "portátiles". A partir del siglo XIII, los tubos se reparten en "juegos" de una a diez filas. Se introduce el instrumento en las iglesias; pero, según el testimonio de Ailredo, abad de Rievaulx, los fuelles hacen tanto ruido que el sonido del órgano «más evoca el estampido de los truenos que la dulzura de las voces».

 Instrumentos de percusión

Hasta el Renacimiento los instrumentos de percusión no desempeñaron sino un papel marginal en la música. Antes del siglo XII no existían prácticamente, aparte de los juegos de campanas empleados en los monasterios. No obstante, el ornato cotidiano estaba realzado por ruidos diversos de los que la literatura medieval evoca con frecuencia los aspectos comunes: matracas de los leprosos, amuletos tintineantes con que se cubrían los héroes y los peregrinos, cencerros, cascabeles, campanas, aldabones de las puertas, etc. Sólo en los siglos XII y XIII aparecieron en Europa los tambores de dos pieles, con los que se acompañaban sobre todo los que tocaban instrumentos de viento y el pequeño tambor sobre un cerco con crótalos (pandereta).

La música medieval en España

Las orientaciones de la música en la Edad Media proceden de Francia, desde donde se irradia su influencia a los demás países. España, por razones de vecindad geográfica y de entendimiento político, sobre todo por parle de los reyes de Navarra y de Aragón, estuvo al tanto de la vanguardia musical de la época.
El Códice Calixtino está constituido por cinco partes referidas a diversos aspectos de la peregrinación a Compostela. Al final del códice aparece una sección musical donde, entre muchas piezas monódicas, figuran veintiún discantos a dos voces y uno a tres, probablemente el más antiguo conocido en Europa, pues pertenece al siglo XII. Estamos hablando ya de la primera polifonía.
El estilo trovadoresco orientado hacia el aspecto religioso produjo en España una obra magnífica: las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio. Recopiladas a finales del siglo XIII, son la más excelente muestra de la entonces naciente notación mensural. Las Cantigas son más de cuatrocientas canciones monódicas que relatan milagros y favores de la Virgen. Parece ser la obra más personal del rey y en la que intervino más directamente; las melodías proceden en parte de modelos anteriores, litúrgicos y populares, y en parte compuestos por músicos de la corte, también han llegado hasta nosotros las melodías de seis Cantigas de amigo del trovador gallego Martín Codax y otras varias de trovadores catalanes.
En cuanto a la música polifónica, también nuestros músicos estaban al día de las nuevas corrientes; así lo atestigua el Códice del Monasterio de Las Huelgas, que contiene composiciones monódicas y polifónicas de los siglos XII al XIV y en su conjunto de 186 obras resume la práctica del Ars Antiqua en España, además de contener un Credo del Ars Nova y un ejercicio de solfeo a dos voces, único conocido del repertorio medieval. Su repertorio lo integran las formas principales del Ars Antiqua: conductus, motete, organum, etc., según el estilo de la Escuela de París, aunque muchas de sus obras parecen ser de creación propia española.
El Llibre Vermell de Montserrat, llamado así por el color de su cubierta, contiene cantos y danzas de los peregrinos del Monasterio de Montserrat. Es una breve colección del siglo XIV con sólo diez piezas que constituyen un excelente mosaico de formas y procedimientos: virelais, cánones, danzas, etc., desde una a tres voces.



LIBRO DE LA MUSICA ,PAGINA 1456 . NUESTRA JOYA. J.G.&A.M.