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lunes, 28 de mayo de 2018

VUELTA AL BLOG ,CON ALFREDO KRAUS Y SUS CURIOSIDADES

EL PERFECCIONISMO DEL BELCANTO TENIA,TIENE,Y TENDRA UN NOMBRE SIEMPRE: ALFREDO KRAUS

En el descanso de una representación en el antiguo teatro Leal, surgió la figura del tenor canario, del que dijo que era considerado como el dios de la ópera. En aquella época ya lo adoraban en Italia, y era habitual del Reggio de Parma y La Scala de Milán, donde cantó en 29 ocasiones.

En este repaso a artistas con los que he tenido vivencias personales y amistad, hoy me ocupo de el :DON ALFREDO KRAUS TRUJILLO , ilustre canario nacido en 1927 en Las Palmas, que falleció en Madrid en 1999, con 71 años. No creo haya existido un artista, en toda la extensión de la palabra, que diera a nuestra tierra tanta notoriedad. La pintura, la literatura u otras artes quedan suficientemente reflejadas, pero de la voz humana solo quedan las grabaciones, y no se palpa igual. Alfredo es considerado el tenor lírico belcantista más importante del siglo XX,XXI,XXII.Perfeccionista hasta la médula, dedicó su vida al aprendizaje de su carrera, y demostró con la enseñanza su maestría, instruyendo a otros sus conocimientos. En las clases magistrales era un compendio de sencillez y templanza, por eso en el seno de la ópera fue admirado, respetado y querido. Siento por la música un amor sublime, y en particular, una enorme admiración por él, que se acrecentó al haber tenido la suerte de compartir,y estudiar todo lo que venia a mis manos de cualquier medio sobre ALFREDO KRAUS,SUS OBRAS,TECNICAS,ENSAYOS,PARTITURAS,como directora de orquesta y musica ,haberlo oído desde mi infancia era y es mi ALMA MATER.
DON ALFREDO KRAUS enamoraba y atraía y no era ni por su físico ni por su nivel social,ni económico,ni aristocrático (que los tenia y grandes ,era un hombre catalogado como muy atractivo),tampoco era la fama ni as amistades dentro y fuera del escenario, DON ALFREDO TENIA MAGIA ,AURA algo que tienen muy pocas personas yo lo comparo actualmente con la REINA EMERITA DOÑA SOFIA DE GRECIA,DINAMARCA Y ESPAÑA,son gente que nacen con clase y eso no lo pueden evitar,aunque DON ALFREDO fue fiel a su ROSA hasta la muerte,cuando ella murió,con ella se llevo su magia,alegría y no pudo cantar muchos años mas.Recordad la despedida en Chile,DON ALFREDO YA ESTABA ENFERMO Y SABIA QUE NO VOLVERIA,canto"El día que me quieras" y tuvo que sentarse debido a la emoción,y los aplausos continuaban,quiso retomar el concierto, canto una zarzuela mas"la tabernera del puerto " y se despidió ,el publico rompió en aplausos de nuevo mas de 30 minut

(Cuenta el periodista,no fui yo)
Conocí a Alfredo en un viaje a Madrid. Llevaba unas cajetillas de tabaco para una empresa de publicidad, Movierecord, y quedaron tan agradecidos que se ofrecieron a conseguirme entradas para el teatro o la radio. En aquel entonces tenía mucho interés por presenciar un programa en Radio Madrid que dirigía José Luis Pecker. Fue una sorpresa cuando el locutor anunció que acudiría un tenor canario que estaba triunfando en el teatro de La Zarzuela. Con la vestimenta de Fernando, y directamente desde el coliseo madrileño, entró y cantó la famosa romanza de Doña Francisquita "Por el humo se sabe..." A partir de ese momento le seguí a todas partes. Estando en Las Palmas, se proyectó en el cine Capitol una película sobre Julián Gayarre que protagonizaba, y allí me planté todas las noches durante mi larga estancia en la isla. Me la sabía de memoria.

Por trabajo viajaba bastante a la península, y pude asistir a representaciones en el Liceo de Barcelona y el teatro de La Zarzuela de Madrid, pero también en Bilbao, Oviedo, o Valencia, además de los siete festivales de Tenerife en los que Kraus estuvo presente. En Barcelona me hospedaba en el mismo hotel, y aprovechábamos para comer juntos. En varias ocasiones fuimos al restaurante El Túnel de Muntaner. Un día le hice una observación negativa sobre una famosa cantante, y me dejó planchado: "¡No te permito que hables así de esta colega!". Era una gran dama que cantó con él y se retiró en el Liceo.

Alfredo era un hombre justo, tímido y muy sencillo. En los años que estuvo viniendo a Tenerife nunca quiso ir a restaurantes importantes. Le encantaban los guachiches y las casas de comida de los pueblos, y se pirraba por cabrito y conejo con papas, aunque también disfrutaba de un buen pescado. Siempre con poca gente, apenas dos o tres amigos, no le gustaba comer en mesas interminables de gentío, ni la notoriedad, aunque cuando asumí la presidencia de la ATAO me tocó hacerle un homenaje en un restaurante en El Socorro, y tuvo que ceder.

Le entregamos un precioso pergamino pintado por el bueno de Juanito Galarza.

 Nos correspondió con una cena en un hotel del Puerto de la Cruz. Un día en casa me firmó todos los discos y óperas completas que tenía. Se sorprendió de que hubiera grabado tanto.

Necesitaría mucho más espacio para contar más anécdotas, entrañables momentos y alguna que otra juerga.

Kraus ha sido uno de los artistas españoles de todos los tiempos, de los más premiados. Se mantuvo fiel a su estricto conocimiento, cantando unos 25 papeles de repertorio por todo el mundo. Dirigido por los mejores, y en los teatros operísticos más afamados, daba autenticas lecciones de canto. Para nuestra familia ha sido muy importante, y estará siempre en nuestro recuerdo,canto de una representación en el antiguo teatro Leal, surgió la figura del tenor canario, del que dijo que era considerado como el dios de la ópera.

En aquella época ya lo adoraban en Italia, y era habitual del Reggio de Parma y La Scala de Milán, donde cantó en 29 ocasiones.

En este repaso a artistas con los que he tenido vivencias personales y amistad, DON ALFREDO KRAUS TRUJILLO  ilustre canario nacido en 1927 en Las Palmas, que falleció en Madrid en 1999, con 71 años. No creo haya existido un artista, en toda la extensión de la palabra, que diera a nuestra tierra tanta notoriedad ,ni España tampoco. La pintura, la literatura u otras artes quedan suficientemente reflejadas, pero de la voz humana solo quedan las grabaciones, y no se palpa igual. DON ALFREDO es considerado el tenor lírico belcantista más importante del siglo XX,XXI,XXII Perfeccionista hasta la médula, dedicó su vida al aprendizaje de su carrera, y demostró con la enseñanza su maestría, instruyendo a otros sus conocimientos,pero siempre decía que aun le faltaba aprender .

 En las clases magistrales era un compendio de sencillez y templanza, por eso en el seno de la ópera fue admirado, respetado y querido. Siento por la música un amor sublime, y en particular, una enorme admiración por él, que se acrecentó al haber tenido la suerte de compartir momentos muy felices a su lado.

La muerte intensificó su condición de faros artísticos, de mitos añorados. Se parecían más bien poco CALLAS Y KRAUS, aunque compartieron una mítica Traviata en Lisboa a finales de los cincuenta.
En María Callas latía la comunicación a flor de piel, el desgarro, la pasión. Revolucionó la ópera desde la interpretación teatral.

 En Kraus vivía la conciencia moral del canto, la ética del perfeccionismo, la elegancia suprema, el amor por las cosas bien hechas.
Quizá no revolucionó nada, pero era un punto de referencia obligado en la reivindicación de los valores belcantistas.

Con Callas la emoción venía de la fuerza expresiva del canto. Con Kraus, de la majestuosidad del fraseo o la dicción, de la pureza del estilo. Los dos hicieron posible la conversión del instante en eternidad. La ópera, el canto, alcanzaban gracias a ellos una belleza efímera, a veces carnal, a veces etérea, desde el fuego y la serenidad.
Huérfanos de Callas, huérfanos de Kraus. Se llora ahora por el tenor que marcó distancias con respecto a los demás con sus interpretaciones en Werther, Manon, Lucía de Lamermoor, Romeo y Julieta, Rigoletto o Los pescadores de perlas. Se llora ahora por quien iluminó las canciones de Tosti y tantas otras con un sentido de la melodía inconfundible. ¿Por qué seducía Kraus? El tenor mexicano Francisco Araiza recordaba hace unos días en su país natal que en cierta ocasión pasó a los camerinos a saludarle, deslumbrado por una de sus actuaciones. Su sorpresa fue enorme al encontrarle con una fortísima congestión nasal. "Yo en las mismas condiciones estaría en cama con antibióticos", pensó Araiza, y preguntó a Kraus cómo podía cantar así. "Para algo tiene que servir la técnica, ¿no?", contestó el tenor canario con la mayor naturalidad. La técnica en Kraus: al servicio del estilo; al servicio de una profesionalidad que le ha permitido no cancelar ninguna actuación operística durante décadas; al servicio de una emoción que emana de la inteligencia.

Su filosofía de la vida era sencilla. Tenía las ideas claras sobre el canto y la ópera: la voz en maschera (que también utilizan sus admirados cantaores), la superioridad de la cuerda de tenor, la belleza sin par del belcantismo, la crisis después de Puccini. No era, en cualquier caso, intolerante. Un día me pidió que fuese a ver una actuación de su hija Patricia en un local de Malasaña. "Te va a gustar", me adelantó. Era un espectáculo en las antípodas del belcanto, con la voz forzada al límite y acompañamiento único de percusión, una especie de jazz experimental de raíces étnicas. Se le veía feliz, con su mujer Rosa Blanca, en aquel ambiente de ruido y humo: "Una hija es una hija, ya verás cuando la tuya crezca".

Poseía un porte de aristócrata del Imperio austrohúngaro que le daba un aire de distancia. A algunos les parecía altivo. Nada más lejos de la realidad.