MUSICA ES VIDA

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MUSICA,TERAPIA,SALUD Y VIDA

sábado, 30 de junio de 2012

EL SINDROME DE ASPERGER Y LA MUSICA

La formación musical realza la capacidad de un individuo de reconocer la emoción en el sonido... Pero no solo esto, sino que, además, la conexión entre las neuronas en el cerebro de los músicos está alterada para reaccionar de esta forma.
 
"Los científicos ya saben que la emoción se transporta menos por el significado lingüístico de una palabra que por la forma en que es comunicada en sonido"...Es que el llanto de un niño gritando "mamá" puede significar diferentes cosas dependiendo de las propiedades acústicas del sonido.
 
El estudio, publicado en el Jornal Europeo de Neurociencias, demuestra que a mayor cantidad de años de experiencia musical que posee el individuo y a más temprana iniciación en sus estudios musicales, más se incremente la habilidad del sistema nervioso de procesar emoción en el sonido.
 
Los investigadores han medido cómo interpreta el cerebro tres correlatos acústicos (tono, tempo y timbre) en músicos y no músicos, para validar científicamente la emoción en el sonido. Los músicos, que han aprendido a dirigir todos sus sentidos a interpretar una pieza musical, se destacaron por presentar sistemas audítivos finamente sintonizados con la emoción.
Este estudio podría demostrar que "los niños con trastornos en el procesamiento del lenguaje se pueden beneficiar de la experiencia musical", en especial aquellos que sufren de trastornos como el autismo o el Síndrome de Asperger.

El Síndrome de Asperger (S.A.) es un tipo relativamente reciente de Trastorno del Desarrollo que también se englobaría dentro del espectro autista. Hans Asperger, pediatra austriaco, en los años 40, fue el primero que describió con exactitud el conjunto de síntomas que caracterizaba a un conjunto de niños que no acaban de cuadrar bien en el diagnostico del autismo clásico (el descrito por Kanner). A partir de 1994, el Síndrome es reconocido como entidad propia por el D.S.M.-4 (Manual estadístico de diagnóstico de Trastornos mentales). Sin embargo, todavía hoy, sigue habiendo un amplio debate teórico sobre si el S.A. puede considerarse un trastorno independiente del Trastorno Autista o si se trata del mismo trastorno en su versión de mayor rendimiento (menor afectación). Además existen ciertas discrepancias entre profesionales de la psicología, psiquiatría y pedagogía acerca de los criterios que se deben incluir/excluir a la hora de efectuar el diagnóstico. Normalmente la diferencia básica reside en la mayor competencia en el desarrollo del lenguaje y las competencias intelectuales que presentan los asperger respecto a los autistas clásicos.

No hay constancia, de momento, de ningún marcador biológico o genético, por lo que su diagnóstico se basa en los comportamientos observados, la historia de desarrollo y el perfil cognitivo del sujeto. Sin embargo, hay evidencias claras de que hay componentes genéticos implicados en el trastorno. Es habitual encontrar antecedentes de trastornos autísticos en familiares directos del sujeto con S.A. Algunos estudios hablan de una incidencia relativamente alta de Depresiones (tanto unipolar como bipolar) en los familiares directos de niños con S.A. De todas formas, no hay nada definitivo al respecto y se precisan más estudios. Se cree que con las nuevas técnicas médicas y en un plazo no muy largo, se pueda comprender cómo se genera este trastorno y qué neurotransmisores y zonas cerebrales están implicadas en la génesis del trastorno. Ello nos permitiría un diagnóstico diferencial y poder trazar un plan de actuación médico, psicológico y educativo más específico.

Parece muy claro, que su incidencia en la población es bastante más frecuente que la del autismo clásico. En cuanto al sexo de los afectados, es en los varones en los que se manifiesta con mayor proporción. Según datos de la Federación Asperger de España la incidencia del S.A. en nuestro país se sitúa de 3 a 7 niños por cada 1.000 (de entre 7 a 16 años). Estos datos suponen que la prevalencia del autismo tipo Asperger es muy superior respecto a la del autismo clásico.

2- Características Generales


Hans Asperger, ya en sus primeras descripciones, hablaba de unos niños con sociabilidad disminuida por su falta de interés por las ideas, sentimientos de otras personas o por el juego de otros niños (niños solitarios, en su mundo, egocéntricos) o con una sociabilidad anómala ya que, cuando entraban dentro de la relación social, lo hacían de una forma que los otros etiquetaban de extraña. Estos niños suelen utilizar un lenguaje pedante, como profesores, con tecnicismos, a veces, con una entonación peculiar, que los hace extremadamente raros, haciendo que parezcan personas mayores. En ocasiones, su lenguaje es acompañado de ideaciones mentales o palabras inventadas, que no se ajustan a la realidad. Al ser preguntados por las mismas suelen tolerar muy mal que se les corrija, contradiga, o que se les interrumpa en su exposición. Ello puede provocar una reacción airada o fuera de tono del niño que simplemente "no comprende que no le comprendan".

Otra característica a destacar es la restricción en sus áreas de interés. Estos intereses son únicos e intensos, de tal forma que dominan totalmente su vida. Las ciencias naturales, números, tecnología, trenes, etc...son algunas áreas de su interés y en los que pueden llegar a ser verdaderos expertos en la materia y aplicar en ella una creatividad inusitada. La memoria puede estar extremadamente desarrollada para áreas específicas de su interés.

Son niños que pueden tener un nivel de inteligencia dentro de la normalidad, incluso superior (en áreas concretas), aunque presentan, a menudo, alguna alteración en el uso del lenguaje.
El problema no está tanto en que no sean capaces de de estructurar un habla aparentemente "correcta" sino en que ésta no se emitirá con intenciones de comunicación recíproca (los criterios diagnósticos para el S.A. en el DSM-IV, excluyen los casos en los que haya un retraso significativo del lenguaje). Se puede dar tanto una dislexia como una hiperlexia.
No entienden el lenguaje metafórico y difícilmente los chistes.
El tono de la voz es plano sin ningún atisbo emocional. Tienen un sentido del humor especial, diferente. A diferencia de los autistas clásicos, los Asperger suelen expresar el deseo de adaptarse socialmente y tener amigos, al menos, desde el momento que empiezan a ir a la escuela. Sin embargo, pronto se suelen sentir profundamente frustrados y desilusionados por sus dificultades sociales. El problema no es tanto una falta de deseo de interacción sino una falta de efectividad para establecer o mantener relaciones. Sencillamente no saben cómo "conectar" socialmente con sus iguales. Pese a todos estas limitaciones, cuando un sujeto con S.A. logra establecer un vinculo de amistad con otro compañero y se siente comprendido, suele mostrarse como un amigo incondicional, fiel y honesto. Sin embargo, difícilmente entenderán que este amigo pueda compartir también la amistad o el tiempo con una tercera persona. Los sujetos con S.A. siempre dicen lo que piensan aunque sea "socialmente inadecuado, incorrecto o inoportuno" y no entienden por qué no debe ser así.

Como ocurre con otros trastornos que cursan con déficits de las habilidades sociales o de la capacidad intelectual, no existen dos niños iguales y cada caso puede presentar peculiaridades específicas, si bien todos ellos presentan desviaciones o anormalidades en estos tres aspectos del desarrollo:

1- Capacidad de desarrollar conexiones y habilidades sociales
2- Uso adecuado del lenguaje con fines comunicativos
3- Características de comportamiento relacionados con rasgos repetitivos o perseverantes, con una limitada gama de intereses.

Gould y el síndrome de Asperger




Si nos adentramos un poco en la psicología, descubriremos que las personas con Síndrome de Asperger, poseen una especie de "ceguera emocional" que las caracteriza.

Me diréis que no es ninguna novedad, a veces, encontramos personas que por mas que se les deja pistas sobre sentimientos y propósitos no los reconocen, pasar de largo sin verlos.

Sin animo de frivolizar, el síndrome de Asperger se puede definir como esa incapacidad del ser humano de reconocer y descifrar el lenguaje emocional, los gestos del otro, las actitudes.En los casos mas severos, no reconocen siquiera una sonrisa y menos la asocian con un estado de felicidad, al igual que no reconocen una lágrima o un gesto complice en otra persona.Son incapaces de leer entre lineas, de ver la complicidad de un guiño, no lo reconocen como lenguaje con significado, sino como mera mueca mecánica.

Algo que les caracteriza es la posibilidad que tienen de poder concentrar un habilidad, convirtiéndose en superdotados de ella. Suelen ser seres ordenados y metódicos.

Amenudo,se les confunde
con autismo o con conductas introvertidas, pero pueden llegar a llevar una vida normal.

¿Cuantos nos rodearán sin saberlo?¿Puede esto explicar la conducta de personas que conocemos y parecen totalmente apáticos a las sensaciones que reciben de los demás?

En este contexto de la habilidad portentosa y la genialidad para versionar a Bach, encontramos a
Glenn Herbert Gould, pianista canadiense famoso sobre todo por sus virtuosas grabaciones de las obras para teclado de Johann Sebastian Bach.

A nadie dejaba indiferente, excéntrico, maniático, todos coincidían en su genialidad.
Siempre acudía a los conciertos con su abrigo y bufanda y una roída silla de madera.

Murió de una embolia cerebral, y veinte años después de su muerte, exámenes científicos le diagnosticaron el síndrome de Asperger.

Genialidad absoluta, pero incapacidad para reconocer una sonrisa.
 
GRACIAS POR DESCUBRIRME A UN GENIO. GRACIAS POR ESTAR. GRACIAS SIN MAS. J.G.

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