MUSICA ES VIDA

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martes, 1 de enero de 2013

FIN DE UNA ETAPA ...PRINCIPIO DE UN AÑO...

Un año más, los espectadores tienen una cita el 1 de enero con la mejor música clásica. Como es tradicional, La 1 de Televisión Española emitirá el Concierto de Año Nuevo con la Orquesta Filarmónica de Viena, este año bajo la batuta del maestro Franz Welser-Möst y desde la Sala Dorada del Musikverein en Viena. El concierto de música clásica más popular del año arrancará el 2013 al ritmo de valses vieneses pero también dedicará una parte a homenajear a Richard Wagner y Giuseppe Verdi en sus respectivos bicentenarios y a la relación que la familia Strauss tuvo con estos dos gigantes.
El Concierto de Año Nuevo con la Orquesta Filarmónica de Viena intentará hacer justicia en su 73º edición a la emocionante música de una dinastía de compositores. El acontecimiento, que se celebra desde 1939 y es seguido cada año por millones de espectadores, se podrá escuchar en 80 países.
 En esta ocasión, a las órdenes del maestro Franz Welser-Möst, invitado por segunda vez, la orquesta interpretará obras de los hermanos Johann y Josef Strauss, Franz von Suppé, Josef Hellmesberger y Joseph Lanner. Pero además, el concierto incluirá un homenaje mundial a dos gigantes de la ópera: Giuseppe Verdi y Richard Wagner, con motivo de su bicentenario. También se dedicará a la relación que la familia Strauss mantuvo con ellos.
En la primera parte del programa, entre otras, se podrán escuchar piezas como el 'Vals del Beso' de Johann Strauss o la polca rápida 'La Soubrette', de Josef Strauss.
En el intervalo musical de este año, titulado 'Luna de miel' y dirigido por Patrick Pleisnitzer, se sigue a una joven pareja recién casada en su viaje de luna de miel por las zonas más bellas de la Baja Austria. En él, la música interpretada por miembros de la Filarmónica se une a las románticas escenas.
Ya en la segunda parte, los espectadores podrán disfrutar de piezas como el preludio al acto lll de 'Lohrengrin', de Richard Wagner o de la música de ballet Prestissimo de 'Don Carlo', de Giuseppe Verdi.
Como es tradicional, el broche final a esta mañana de música clásica lo pondrán el vals de 'El Danubio Azul', de Johan Strauss (hijo) y la popular 'Marcha Radetzky', de Johan Strauss (padre).
También destaca de esta 73º edición que, por primera vez, un británico se hace cargo de la coreografía del Concierto de Año Nuevo. Ashley Page fue solista principal de la Royal Opera House y director artístico del Ballet Escocés.
Y por supuesto, la actuación del Ballet Estatal de Viena (Vienna State Opera). Este es el nuevo nombre del ballet de la Ópera Estatal de Viena y su director es Manuel Legris, solista francés que viene de la Ópera de París.

La batuta de Franz Welser-Möst

El maestro y director de este año del Concierto de Año Nuevo es director musical de la Ópera Estatal de Viena desde el 1 de septiembre de 2010 y de la Orquesta de Cleveland desde 2002. Franz Welser-Möst, que realizó su debut en 1987, también trabaja estrechamente con el Carnagie Hall de Nueva York, el Musikverein de Viena y el Festival de Lucerna.
También fue director de la ópera de Zürich, actuó como invitado en Londres, París y Tokio, participó en el Festival de Salzburgo y fue director musical de la Orquesta Filarmónica de Londres.
Con frecuencia aparece como director invitado de la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de la Televisión Bávara, la Joven Orquesta Gustav Mahler y las más prominentes orquestas de Estados Unidos. Con la Filarmónica de Viena también ha realizado el Concierto de Verano de 2010 y el de Año Nuevo de 2011.
Un año más, los espectadores tienen una cita el 1 de enero con la mejor música clásica. Como es tradicional, La 1 de Televisión Española emitirá el Concierto de Año Nuevo con la Orquesta Filarmónica de Viena, este año bajo la batuta del maestro Franz Welser-Möst y desde la Sala Dorada del Musikverein en Viena. El concierto de música clásica más popular del año arrancará el 2013 al ritmo de valses vieneses pero también dedicará una parte a homenajear a Richard Wagner y Giuseppe Verdi en sus respectivos bicentenarios y a la relación que la familia Strauss tuvo con estos dos gigantes.
El Concierto de Año Nuevo con la Orquesta Filarmónica de Viena intentará hacer justicia en su 73º edición a la emocionante música de una dinastía de compositores. El acontecimiento, que se celebra desde 1939 y es seguido cada año por millones de espectadores, se podrá escuchar en 80 países.
 En esta ocasión, a las órdenes del maestro Franz Welser-Möst, invitado por segunda vez, la orquesta interpretará obras de los hermanos Johann y Josef Strauss, Franz von Suppé, Josef Hellmesberger y Joseph Lanner. Pero además, el concierto incluirá un homenaje mundial a dos gigantes de la ópera: Giuseppe Verdi y Richard Wagner, con motivo de su bicentenario. También se dedicará a la relación que la familia Strauss mantuvo con ellos.
En la primera parte del programa, entre otras, se podrán escuchar piezas como el 'Vals del Beso' de Johann Strauss o la polca rápida 'La Soubrette', de Josef Strauss.
En el intervalo musical de este año, titulado 'Luna de miel' y dirigido por Patrick Pleisnitzer, se sigue a una joven pareja recién casada en su viaje de luna de miel por las zonas más bellas de la Baja Austria. En él, la música interpretada por miembros de la Filarmónica se une a las románticas escenas.
Ya en la segunda parte, los espectadores podrán disfrutar de piezas como el preludio al acto lll de 'Lohrengrin', de Richard Wagner o de la música de ballet Prestissimo de 'Don Carlo', de Giuseppe Verdi.
Como es tradicional, el broche final a esta mañana de música clásica lo pondrán el vals de 'El Danubio Azul', de Johan Strauss (hijo) y la popular 'Marcha Radetzky', de Johan Strauss (padre).
También destaca de esta 73º edición que, por primera vez, un británico se hace cargo de la coreografía del Concierto de Año Nuevo. Ashley Page fue solista principal de la Royal Opera House y director artístico del Ballet Escocés.
Y por supuesto, la actuación del Ballet Estatal de Viena (Vienna State Opera). Este es el nuevo nombre del ballet de la Ópera Estatal de Viena y su director es Manuel Legris, solista francés que viene de la Ópera de París.

La batuta de Franz Welser-Möst

El maestro y director de este año del Concierto de Año Nuevo es director musical de la Ópera Estatal de Viena desde el 1 de septiembre de 2010 y de la Orquesta de Cleveland desde 2002. Franz Welser-Möst, que realizó su debut en 1987, también trabaja estrechamente con el Carnagie Hall de Nueva York, el Musikverein de Viena y el Festival de Lucerna.
También fue director de la ópera de Zürich, actuó como invitado en Londres, París y Tokio, participó en el Festival de Salzburgo y fue director musical de la Orquesta Filarmónica de Londres.
Con frecuencia aparece como director invitado de la Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de la Televisión Bávara, la Joven Orquesta Gustav Mahler y las más prominentes orquestas de Estados Unidos. Con la Filarmónica de Viena también ha realizado el Concierto de Verano de 2010 y el de Año Nuevo de 2011.

LA CULMINACION CON LA ENERGIA DE RADETZKY
Moses Josep Roth (Brody, Imperio austrohúngaro, 2 de septiembre de 1894 - París, 27 de mayo de 1939) fue un novelista y periodista austríaco de origen judío.
Escribió con técnicas narrativas tradicionales varias novelas de calidad como Fuga sin fin, La leyenda del santo bebedor o La rebelión. Su obra más conocida es La marcha Radetzky, que describe a una familia durante el ocaso del Imperio austrohúngaro. Está considerado, junto con Hermann Broch y Robert Musil, uno de los mayores escritores centroeuropeos del siglo XX. Formó parte de la literatura del exilio provocado por el nazismo. Su obra fue reconocida póstumamente
En su biografía es difícil separar la realidad de ciertas versiones contradictorias que el propio Roth dio sobre su vida, en particular sobre su lugar de nacimiento, la identidad de su padre o su participación en la Primera Guerra Mundial. La biografía publicada por David Bronsen en 1974, Joseph Roth. Eine Biographie, señala los datos hoy comúnmente aceptados.
Nació en Brody, en la región de Galitzia, por entonces dentro del Imperio Austrohúngaro, cerca de la frontera con la Rusia zarista. Hoy esta región se divide entre Polonia y Ucrania. Su familia era judía. Su madre, Maria Grübel, era hija de un comerciante; su padre, Nachum Roth, abandonó a la familia al año y medio de casarse, antes de nacer Joseph. Roth vivió por turnos con parientes maternos y paternos, a cargo, sobre todo, de su tío Siegmund Grübel, que posteriormente sería el modelo para Bloomfield, personaje de su novela Hotel Savoy.
No se conoce mucho de sus primeros años y sus propios relatos no son muy fiables. Estudió en el colegio de Brody (1901-1905) y en el Gymnasium del Príncipe Coronado Imperial-Real Rodolfo (1905-1913). Sus estudios universitarios, en literatura y filosofía, los inició en la Universidad de Lemberg (hoy Leópolis, Ucrania) y los acabó en Viena (1914-1916).
Durante la Primera Guerra Mundial sirvió en el ejército austríaco en el regimiento de tiradores, aunque probablemente trabajara en un puesto de oficina. La guerra, y la caída del Imperio de los Habsburgo en 1918, tuvieron una gran influencia en su vida. Este período marcó el comienzo de un pronunciado sentido de “pérdida de la patria”, que aparece repetidamente en sus obras.
Después de la guerra, trabajó en Der Friede y Der Neue Tag, en Viena. Al quebrar Der Neue Tag en abril de 1920, se trasladó a Berlín, a trabajar en el Neue Berliner Zeitung. Se casó con Friederiche Reichler, judía de Galitzia a la que había conocido en 1919 y con la que se estableció en Berlín. Desde 1921 trabajó para el Berliner Börsen-Courier y el liberal Frankfurter Zeitung. Desde 1923 hasta 1932 Roth fue corresponsal para el Frankfurter Zeitung, viajando por toda Europa, incluida la Unión Soviética en 1926, un viaje que le hizo perder sus ilusiones socialistas anteriores.
Su mujer padecía esquizofrenia y fue confinada en sanatorios y otras instituciones desde 1929. Esto le sumió en una profunda crisis, tanto emocional como financiera. Pese a todas las dificultades (también económicas) se convirtió en uno de los más afamados escritores de la Europa de entreguerras. Sólo después de la publicación de Job (1930) y La marcha de Radetzky (1932) tuvo verdadero éxito como novelista.
En 1933, con la llegada del nazismo al poder en Alemania, dejó Berlín y regresó a Viena. Menos de un año después tuvo que exiliarse de nuevo, tras el asesinato del canciller federal Engelbert Dollfuss el 25 de julio de 1934, en un intento de golpe de Estado de los nazis austríacos. En la Alemania nazi, sus obras fueron quemadas. Roth se trasladó de una ciudad europea a otra, viviendo en hoteles y escribiendo en las mesas de los cafés. Residió principalmente en París, en el número 18 de la calle de Tournon. Allí su salud acabó de degradarse por su alcoholismo. También vivió una temporada en Ámsterdam. De 1936 hasta 1938 estuvo relacionado con la escritora en el exilio Irmgard Keun.
En los años 1930 siguió escribiendo artículos, ahora para Die Wahrheit (Praga), Pariser Tageblatt, Die christliche Ständestaat (Viena), Die Zukunft (París) y Pariser Tageszeitung, entre otros, pero sobrevivió principalmente de los derechos de autor, ya que se hicieron numerosas traducciones de sus obras. Durante esta época se convirtió al catolicismo. Su conversión se debió a su fidelidad hacia la monarquía austro-húngara.
En otoño de 1938 sufrió un infarto; en la primavera de 1939 fue internado en el Hospital Necker, aquejado de enfermedad pulmonar. Murió en París el 27 de mayo de 1939, al parecer consumido por el alcohol, sumido en el delírium tremens. Fue enterrado en el cementerio Thiais, en la zona sur de París, en una extraña ceremonia en la que, según los biógrafos D. Bronsen y H. Kesten, se mezclaron judíos y católicos, comunistas y monárquicos. En su tumba dice, simplemente, “écrivain autrichien mort à Paris” (escritor austríaco muerto en París).
Su familia desapareció en un campo de concentración. Su mujer fue asesinada en aplicación de las leyes eugenésicas y fue objeto de eutanasia legal, para eliminar enfermos mentales.

Temas y personajes
Escogió como protagonistas de sus novelas a antiguos combatientes de la Primera Guerra Mundial, que regresan a una sociedad muy distinta a aquella que dejaron. Ambienta sus novelas en los pueblos judíos fronterizos con Rusia, la Viena cosmopolita anterior a la guerra, así como en el Berlín de entreguerras.
Comenzó a escribir siguiendo tendencias socialistas, llegando a firmar como der rote Joseph (“Joseph el rojo”). Posteriormente, desilusionado tras su viaje a la Unión Soviética, adoptó posturas más conservadoras.
Aunque judío, rara vez hablaba de ello y no le daba especial importancia:
Mi judaísmo nunca me pareció nada más que un atributo accidental, algo así como mi bigote rubio –que lo mismo podría haber sido negro-. Nunca sufrí por ello. Nunca me enorgullecí de ello.
Joseph Roth, Carta a Stefan Zweig, 24-7-1935,
recogida en La filial del infierno en la Tierra
(trad. de Berta Vias Mahou para El Acantilado).
No obstante, recreó los pueblos judíos de su infancia, y describió las migraciones hacia el Oeste, muchas veces con los Estados Unidos como objetivo final. Job (1930) es su obra de temática judía más conocida. Pero igualmente aparece en Hotel Savoy, El leviatán y Judíos errantes.
Desde 1930, su ficción se orientó a la evocación nostálgica de Europa Central anterior a 1914. La monarquía dual perdida era su patria, la única Heimat posible, su verdadero hogar. Admiraba un imperio que había sido crisol de pueblos de diversos orígenes, con lenguas, religiones y tradiciones distintas, unidos por la fidelidad al emperador.
Esta tendencia se refleja en obras como La marcha de Radetzky (1932), que relata la decadencia del imperio a lo largo de tres generaciones de Trotta, o El busto del emperador (1935), cuyo protagonista:
Hablaba igual de bien prácticamente todas las lenguas europeas, se sentía en casa en la mayoría de los países europeos, sus amigos y parientes vivían dispersos por el ancho y variopinto mundo.
Joseph Roth, El busto del emperador,
(trad. de Isabel García Adánez para El Acantilado).
La Cripta de los Capuchinos continúa la historia de los Trotta hasta la anexión de Austria por Alemania (1938). La novela finaliza con una significativa pregunta:
Wohin soll ich jetzt, ich, ein Trotta?.../ Y ahora, ¿a dónde puedo ir yo, un Trotta?
Joseph Roth, La Cripta de los Capuchinos,
(trad. de Jesús Pardo para El Acantilado).
De esa Austria cosmopolita desaparecida habían surgido estados-naciones de una sola lengua, una cultura, una religión, encarnación de un nacionalismo por él denostado:
Como es bien sabido, en el siglo XIX se había descubierto que todo individuo tenía que pertenecer a una nación o a una raza determinada si realmente pretende ser reconocido como ciudadano burgués. “De la humanidad a la bestialidad por el camino de la nacionalidad”, había dicho el dramaturgo austriaco Franz Grillparzer. Justo por entonces empezó eso de la “nacionalidad”, la fase previa a esa bestialidad que estamos viviendo ahora.
Joseph Roth, El busto del emperador,
(trad. de Isabel García Adánez para El Acantilado).
El ejemplo extremo del nacionalismo era la Alemania nacionalsocialista, contra la que escribió firme y decididamente durante toda la década de los años 1930. En estos años finales de su vida se inclinaba hacia una restauración de la monarquía.
El alcoholismo protagoniza su último relato: La leyenda del Santo Bebedor (1939), que acaba con una conocida frase:
Gebe gott uns allen, uns trinkern, einen so leichten und shönen Tod. / Denos Dios a todos nosotros, bebedores, tan liviana y hermosa muerte.
Joseph Roth, La leyenda del Santo Bebedor,
(trad. de Michael Faber-Kaiser para Anagrama).

Marcha Radetzky

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Marcha Radetzky

Marcha militar
Información general
Himno deBandera de Chile Escuela Militar del Libertador Bernardo O'Higgins
LetraJohann Strauss (padre), 1848
Adoptado1896
HastaActualidad
Marcha Radetzky
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La Marcha Radetzky es una composición orquestal de Johann Strauss (padre), escrita en el año 1848. Desde 1896 es la marcha oficial de presentación de la Escuela Militar del Libertador Bernardo O'Higgins, del Ejército de Chile.
Fue compuesta en honor al mariscal de campo austriaco conde Joseph Wenzel Radetzky, que en una serie de victorias, salvó el poderío militar de Austria en el norte de Italia durante la revolución de 1848-49.
La marcha alcanzó gran popularidad como expresión del nacionalismo austriaco. Pero cuando después de un tiempo Radetzky tomó parte en la represión del movimiento revolucionario en Austria, la marcha llegó a ser considerada como un símbolo reaccionario.
Actualmente, la Marcha Radetzky debe su popularidad a que es la pieza con la que acaba el Concierto de Año Nuevo de Viena. Durante esta última obra, la audiencia aplaude al compás y el director se vuelve para dirigir al público en lugar de hacerlo a la orquesta. Como dato anecdótico, en la película del director húngaro István Szabó El Coronel Redl, se escucha esta marcha en los créditos iniciales y finales, clara referencia al Ejército Austrohúngaro, institución a la cual perteneció Alfred Redl. Esta obra dio título igualmente a la novela de Joseph Roth, La marcha Radetzky, sobre el declive del Imperio austrohúngaro

UNA ENERGIA QUE CIERRA UNA ETAPA Y EMPIEZA UN AÑO ,EL 2013 , SEGURO QUE SERA MEJOR .....   EIN GUTES NEUES JAHR !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!